Los vinos de Trevelin logran su sello de identidad

través del Boletín Oficial, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) resolvió declarar a Trevelin Indicación Geográfica (IG). De esta manera, la localidad patagónica, se convirtió en la primera IG de Chubut.

El flamante nombramiento autoriza a colocar la palabra Trevelin en los vinos allí elaborados, contando así con un sello de identidad ante los consumidores de todo el mundo.

“La IG es el reconocimiento a la reputación que han ganado los vinos de Trevelin, y así los tres pioneros de este valle –Viñas de Nant y Fall, Contra Corriente y Casa Yagüe–, hemos dado comienzo a una nueva región y a dibujar un mapa con nuevos perfiles de vinos”, comenta Marcelo Yagüe, propietario de Bodega Casa Yagüe Vinos Australes.

La singularidad de sus vinos

Los vinos de Travelin son frescos –a veces de acidez filosa–, de baja graduación alcohólica (11,5% a 12,5%) y blancos, con la excepción del Pinot Noir. "Los vinos de acá se distinguen por su acidez balanceada, lo que hace que en boca sean interesantes, intensos, sabrosos. En el aroma son sutiles y ya se nota el frescor en nariz. Los blancos como el chardonnay tienden a frutas cítricas, frutos de carozo y algo de pimienta blanca, el Gewürztraminer a rosa pasada bien sutil, y el Pinot Noir a cereza ácida, arándano seco, menta”, destaca Sofía Elena, enóloga de la bodega Contra Corriente.

Por su parte, el enólogo Alejandro Iglesias, aporta una interesante descripción. “Los vinos de Chubut, ya sean de la zona central de la provincia, la costa o la región de montaña, ofrecen un perfil muy refrescante producto de una acidez natural muy elevada si la comparamos con la que se obtiene en Cuyo. Este carácter está íntimamente relacionado con el frío de la región que obliga a pensar en cepas de ciclo corto, principalmente blancas, o Pinot Noir en el caso de los tintos. Todos estos vinos en boca son súper tensos y frescos con cuerpo amplio y muy expresivos. Al momento, los que mejor se lucen son los blancos de Chardonnay, Sauvignon Blanc y Riesling, que permiten soñar con un futuro alucinante”, detalla.

Provincia vitivinícola

Chubut no solo es Trevelin en lo que a vino se refiere. Los viñedos se extienden desde allí, en el extremo oeste de la provincia, hasta la costa –Bahía Bustamante, Paso del Sapo, El hoyo, Epuyén, Trelew o Gualjaina son algunas de las localidades con viñedos–, y al sur hasta Sarmiento, donde se encuentran los viñedos más australes de la Argentina.

Allí, las vides se enfrentan a temperaturas que llegan hasta los veinte grados centígrados bajo cero y a vientos que bajan de la cordillera con velocidades que pueden alcanzar los 100 km/h.

El otro extremo de la viticultura patagónica es el Océano Atlántico. En Bahía Bustamante fueron plantadas en 2018 unas 3.000 vides de Semillón y Pinot Noir, en un proyecto –aún sin nombre– del enólogo Matías Michelini, el bartender Renato “Tato” Giovannoni y del local Matías Soriano. Con su cosecha 2020 y su primera microvinificación de 60 botellas, han obtenido los primeros vinos salados que “huelen a algas y saben a mar”.