a modernización del riego generó fuente de trabajo y desarrollo, lo que favoreció el crecimiento de importantes ciudades, entre las que se mencionan el conglomerado urbano Santiago del Estero-La Banda y ciudades como Fernández, Beltrán, Clodomira, Loreto, entre otras, cuyo desarrollo productivo se destacó en producciones de algodón, alfalfa, trigo, maíz, frutales y cultivos hortícolas como cebolla, zanahoria, verduras de hoja, tomate, zapallos, melón, sandía, etc. Esto indujo el desarrollo de la población y el crecimiento de actividades de comercialización de estos productos y de los insumos y servicios requeridos por el agro.
En las condiciones de semiaridez que caracterizan a la provincia de Santiago del Estero, las poblaciones nativas, anteriores a la conquista, aprovechaban el desbordamiento que el río Dulce producía en épocas de crecidas, para las producciones agrícolas en las zonas de bañados. Con el establecimiento de la primera ciudad colonial, en Santiago del Estero, comenzó a incrementarse el área irrigada en la provincia. Según Mechaud (1945), el primer listado de regantes data de 1756 y corresponde a una acequia de riego construida por el gobierno de la ciudad de Santiago del Estero, considerándose como el primer canal de riego construido en el país.
Más adelante en el tiempo, algunos agricultores, para hacer un mejor aprovechamiento del río Dulce, construyeron sus propios canales con tomas directas desde el río, mediante los cuales conducían el agua hacia sus tierras. Fue así como surgieron los primeros canales con toma directa del río. Entre 1873 y 1881 fueron construidos por los mismos productores más de 424 Km de acequias, habilitando casi 4.000 ha de agricultura con riego. En 1878 el gobierno provincial construyó el Canal La Cuarteada, desde el cual, años más tarde se construyeron el Canal Norte y el Canal Sud, surgiendo así el primer sistema de riego público provincial.
La agricultura de regadío pasó a ser una importante actividad económica provincial. Para 1913 se alcanzó una superficie de 24.400 ha con riego, de estas, 15.400 ha eran regadas por 44 canales realizados por particulares, en los departamentos Banda, Capital, Robles y Silípica y 9.000 ha correspondían a los sistemas públicos de riego.
Esta agricultura con riego mediante acequias con tomas directas del río, se caracterizaba principalmente por el aprovechamiento en épocas de crecida, siendo uno de los inconvenientes, la destrucción de los puntos donde las acequias se unían con el río (tomas). Por otra parte, el bajo caudal del río Dulce, cuando las precipitaciones en la región son escasas (durante el invierno y la primavera), dificultaba el riego en ese período. Esto impulsó que, a fines de la década de 1930, se iniciara la construcción del Dique Derivador Los Quiroga y el Canal Matriz, inaugurados en 1950, junto con la modernización de algunos de los canales, surgiendo así lo que hoy es el Área de Riego del Río Dulce.
El Dique Nivelador Los Quiroga es un azud nivelador, estructura hidráulica cuya función es interferir el flujo natural del río Dulce y generar una elevación del nivel del agua, para facilitar su ingreso y posterior distribución a través del Canal Matriz. Desde éste, el agua se distribuye por efecto topográfico, a todos los canales del sistema de riego, hasta llegar a las fincas. El Dique Nivelador Los Quiroga, hoy denominado Ing. Carlos Michaud, en reconocimiento a uno de los impulsores de la modernización del riego en la provincia, es la obra que permitió sistematizar el ingreso del agua a los canales, evitando las destrucciones que sufrían las tomas directas de los canales y reduciendo otros problemas como los permanentes enlaces de los mismos.
Aun así, este dique no tiene capacidad de regular el caudal del río, lo cual permitiría controlar crecientes, atenuar o evitar inundaciones y almacenar agua para destinarla al riego en los momentos en que éste sea necesario. Es decir, el Dique Nivelador los Quiroga no dio respuesta suficiente para solucionar el abastecimiento de agua para riego durante todo el año, ya que la limitación de disponibilidad del agua en invierno-primavera, persistía. Tampoco permitía, como se mencionó más arriba, regular las crecidas que amenazaban las ciudades cercanas al río.
Como respuesta a estas limitantes, surgió la necesidad de construir un embalse regulador, que almacenara el exceso de agua de la época lluviosa y permitiera derivarla de forma regulada para el riego durante los períodos de déficit. Con esto se aseguraba no sólo la producción con riego durante todo el año, sino también un mecanismo de control de crecidas que permitiera controlar las frecuentes inundaciones que sufrían las ciudades ribereñas.
Fue así como en 1967 se inauguró el Dique de Río Hondo, quizás la obra de infraestructura aplicada al desarrollo más importante de la historia de Santiago del Estero. El Dique de Río Hondo tiene una capacidad de embalse de 1.270 Hm3, que permite suministrar agua para 120.000 hectáreas de producción. Tiene, además, la fundamental función de regular crecidas y, como consecuencia, atenuar o evitar inundaciones, también la generación de energía eléctrica y el uso para el esparcimiento. La construcción del Dique de Río Hondo se enmarcó en lo que se llamó el Proyecto del Río Dulce (PRD), un proyecto de desarrollo integral del sector rural de los departamentos de la provincia abarcados por el Sistema de Riego del Río Dulce. En el PRD tuvieron una participación central Agua y Energía Eléctrica de la Nación (AyEE) y la Corporación del Río Dulce (CRD) como organismo provincial.
La modernización del riego generó fuente de trabajo y desarrollo, lo que favoreció el crecimiento de importantes ciudades, entre las que se mencionan el conglomerado urbano Santiago del Estero-La Banda y ciudades como Fernández, Beltrán, Clodomira, Loreto, entre otras, cuyo desarrollo productivo se destacó en producciones de algodón, alfalfa, trigo, maíz, frutales y cultivos hortícolas como cebolla, zanahoria, verduras de hoja, tomate, zapallos, melón, sandía, etc. Esto indujo el desarrollo de la población y el crecimiento de actividades de comercialización de estos productos y de los insumos y servicios requeridos por el agro.
A pesar del impacto que el desarrollo del riego generó a nivel provincial, queda aún mucho por hacer para acercarnos al potencial productivo del sistema. Es quizás momento de pensar en una nueva etapa de modernización del Sistema de Riego del Río Dulce. Sin dudas, una tarea desafiante que requeriría la confluencia de esfuerzos de organismos provinciales, nacionales y asociaciones de regantes. Diversos aspectos deberían considerarse en la hoja de ruta de un nuevo proceso de modernización, entre los que pueden mencionarse: mejorar la infraestructura y tecnificar la operación de canales y obras de distribución, potenciar la organización por parte de los regantes, incorporar más tecnología en las prácticas de riego, ajustar los momentos de aplicación del riego en función de las necesidades de agua de los cultivos, incrementar el monitoreo de los recursos naturales para prevenir su degradación. El accionar conjunto, coordinado y sostenido en el tiempo, de los sectores público y privado, ayudará a mantener la sustentabilidad productiva y ambiental de esta importante área agropecuaria provincial.
Inta Santiago del Estero