a berenjena es del género Solanum y de la familia de las Solanáceas. Eso traducido a la jerga común significa sol, sol y más sol. Se conoce la Solanum melongena L. desde el 2.000 a. C. y sitúan su origen en el sudeste asiático, donde coincide hoy en día con los países que más producen.
Si las características culinarias ya las conocemos lo mejor es que pasemos a la parte agronómica para poder desarrollarlas.
Las exigencias en cuanto a clima son muy parecidas a las del pimiento (otra Solanácea), lo que se traduce en un clima muy soleado con temperaturas altas. Podemos decir que es la hortaliza con mayores requerimientos de temperatura, llegando a soportar niveles de hasta 45º C.
Esto sin duda no es lo mejor, y el desarrollo óptimo de la berenjena se produce con una media de temperaturas entre 20 y 25º C.
Temperatura mínima: Muerte celular: 0-4 ºC, Daño: 8-10 ºC.
Temperatura óptima: Día: 22-26 ºC, Noche: 15-18ºC.
Temperatura de germinación: Mínima: 13-15 ºC, Óptima: 25-30 ºC.
Temperatura máxima: 40-42 ºC.
Humedad relativa: 65-70 ºC
Cuando las temperaturas en el cultivo de la berenjena están cercanas a la mínima biológica (8-10ºC) o a la máxima biológica 40-45ºC hay pérdida de los procesos fisiológicos básicos, retraso del crecimiento, caída y aborto floral, reducción de la producción, etc.
Con humedad alta y temperatura alta el cultivo de berenjena tendrá una floración deficiente, caída de flores, frutos deformados y retraso en el crecimiento.
Por ser un cultivo de verano, requiere grandes dosis de luz y exposición solar que esa estación te podrá otorgar.
Los días cortos o de poca luz provocan sobre la berenjena malformación de frutos que desembocan en frutos deformados, ahilamiento (clorosis por falta de clorofila).
Debido a que su sistema radicular es vigoroso, su requerimiento de suelo es amplio y es bastante tolerante a cualquier tipo. Un suelo profundo, de tipo franco albergará las condiciones óptimas para el desarrollo del cultivo de berenjenas.
Las berenjenas son poco exigentes en suelo, debido al desarrollo potente de raíces, que profundizan con facilidad.
Pueden existir inconvenientes en suelos arcillosos por asfixia radicular, por lo que tendremos que cuidar la cantidad de riego a aportar para evitar este problema.
En cuanto al pH no hay problema siempre que esté cercano al neutro (6 a 8). El cultivo de la berenjena está más indicado para suelos con pH ligeramente alcalino que ácido, ya que puede presentar problemas de crecimiento y productividad.
La producción de frutos grandes en el cultivo de berenjenas requiere la compensación nutricional mediante compost, al principio con la preparación del terreno, repitiendo un par de veces más a lo largo de su crecimiento y floración.
Solución fertilizante ideal para el cultivo de berenjenas (mmoles/l):
Estos valores son optativos y generales, teniendo en cuenta que se debe consultar el análisis de agua de tu finca y un análisis de suelo.
Cantidad de micronutrientes a aportar:
Debido a las condiciones calurosas en las que se cultiva la berenjena, requiere un gran contenido de agua, a pesar de que tienen un sistema radicular potente. Sobre todo, en la formación de frutos se deberá tener consideración en el riego.
De forma aproximada, la cantidad de riego que necesita la berenjena es de 1,5 L/m2 y día, recién plantado en época de calor, hasta 5 L/m2 cuando la planta alcanza su máxima producción y tamaño.
Ciclo de cultivo, según la época del año los consumos varían, oscilando de 1,5
L/m2 y día, recién plantado en agosto hasta 6 L/m2 y día en el mes de junio.
Calendario de riegos:
El cultivo de berenjenas se inicia en primavera, a partir de plántulas que puedes obtener en cualquier mercado, viveros, fruterías (es una planta tan común que pueden incluso venderlas).
Al principio las tendremos en macetas en condiciones de interior con buena temperatura, y luego, a principios de mayo se pueden plantar en tu huerto con un marco de plantación de 50 cm x 50 cm.
Si cumplimos las fechas de plantación anteriormente mencionadas, en pleno verano, ya podremos obtener nuestros primeros frutos.
Se suelen recolectar cuando la berenjena adquiere un brillo satinado, o bien presionas el dedo y se queda la marca durante un tiempo.
Acolchado: debido a las grandes necesidades de agua y al calor que hace en verano, evitamos la evaporación y aumentamos el contenido de humedad alrededor de la planta.
Tutorado: cuando aumenta el tamaño de los frutos, su propio peso hace que en algunas ocasiones la rama ceda o se curva, y el fruto toca el suelo. Así es muy fácil que se pudra. Utilizando un sistema de cañas o una red aseguramos el éxito de nuestras hortalizas.
Eliminación de hojas y poda: cuanto más ventilada esté la planta mejor crecerá y menores problemas con respecto a plagas o enfermedades. Es preciso quitar hojas muertas o secas, y seguiremos el mismo proceso con las ramas de la misma condición.
A la hora de realizar la eliminación de las hojas, es mejor realizarlo después del corte de frutos y con humedad ambiental baja.
Para conseguir dos ciclos de cultivo con la misma planta se cortan los cuatro tallos principales, dejando tres o cuatro yemas a cada tallo.
Una vez que los tallos vuelvan a brotar, únicamente se dejará un brote por cada tallo principal.
Marco de plantación:
Asociaciones favorables: judía, garbanzos, habas, guisantes
Asociaciones desfavorables: patata
Podemos clasificar las variedades de berenjena en 3 tipos:
Variedades tempranas: Black beauty, Moneymaker, Black barbentane, Black prince, Thai long green.
Variedades semi tempranas: Listada de Gandía, Rotonda bianca sfumata di rosa.
Variedades tardías: Bonica, Diamond eggplant.
Agromática