Hemos tenido en la cabeza siempre el concepto de que la espinaca era una verdura con un alto contenido en hierro.
Nada más lejos de la realidad. A finales del S.XIX un científico publicó unos resultados en los que demostraba que el contenido en hierro de la espinaca era altísimo, razón por la cual el dibujo animado Popeye adquiría su superfuerza.
Tuvieron que pasar 60 años para descubrir que hubo un error de mecanografía en la publicación. El error fue tan simple como desplazar una coma un lugar multiplicando el resultado del contenido en hierro por 10.
El impacto cultural y social debido a ese error fue tan bestial, que el consumo de espinaca se disparó a niveles inconcebibles.
Durante gran parte del S.XX se ha creído en el abundante aporte de hierro de esta verdura. Imaginaos si fue tanto el impacto, que en Crystal city, Texas, considerada la capital del cultivo de espinaca del mundo, erigieron una estatua a su héroe.
Lo normal es que sea un cultivo de primavera, otoño e incluso invierno. Son resistentes a heladas, con ciertos límites. Si la helada se prolonga demasiado se pueden producir quemaduras foliares. Aun así, prefiere las temperaturas frías (alrededor de 10ºc de media).
Estamos acostumbrados, por ejemplo, a que las temperaturas de germinación para las plantas en general sean tirando a medias altas. La espinaca tiene su óptimo de germinación alrededor de los 5ºC. Su punto débil, el calor y los días largos de luz.
Estos producen que pare su fase vegetativa y pasen a periodo de floración. Suele ser el problema más común a la hora de cultivarlas. De todas formas, existen variedades resistentes al espigado así que podremos cultivarla en periodos calurosos si lo deseamos.
Es un pelín exigente con el suelo. Necesita profundidad, suelo aireado, suelto, pero que no drene demasiado y rico en materia orgánica. En suelos pobres conseguimos una espinaca con sabores amargos.
Cultivo exigente con el nitrógeno, requiere de un pH prácticamente neutro.
No se desarrollará bien en suelo ácidos, aunque sea ligeramente.
El riego debe ser frecuente en el cultivo de espinaca. Necesitamos tener un suelo húmedo de forma casi constante. Hace un par de días hablamos de los rabanitos y posibles asociaciones. La espinaca se lleva genial con los rábanos, así que puede ser una asociación ideal, ya que las necesidades de riego y suelo son muy parejas.
Se puede sembrar de las dos formas. Al tener la temperatura de germinación baja, no necesitamos de un semillero protegido para asegurar una germinación óptima.
Se puede hacer en semillero, sobre todo si en zonas frías donde las heladas prolongadas son frecuentes.
La profundidad de siembra será de unos 2.5 cm y el espaciamiento variable desde 10 a 30 cm dependiendo de la variedad.
Se pueden hacer siembras escalonadas para tener espinaca de forma frecuente, aunque no es una verdura que acostumbremos a comer muy a menudo.
Una forma de tener espinaca cuando se desee y no estar obligado a comer y comer, es plantándolas como abono verde o acolchado. Cuando se desee, se cortan hojas y listo.
De todas formas, es recomendable alternar leguminosas con espinaca si es utilizada como abono verde debido a su consumo en nitrógeno.
Existe un sin fin de variedades, más resistentes a espigado, de invierno, de verano, espinacas rizadas, lisas, babyleaf o de hoja pequeña.
Agromática