l apio (Apium graveolens) pertenece a la familia de las umbelíferas también denominadas apiáceas a la cual también pertenecen la zanahoria, el apio-nabo, el perejil o el hinojo. Como no podía ser de otra forma hay diversas teorías en cuanto al origen de esta hortaliza. Se discute entre las zonas pantanosas de Europa central y oeste asiático, y otros dicen que es típicamente de la zona mediterránea. En cualquier caso, el origen siempre se atribuye a la especie silvestre ya que el ser humano ha ido variando a través de la selección las características.
El apio es ampliamente conocido por una larga lista de propiedades nutricionales y de efectos beneficiosos en el tracto digestivo. La primera propiedad más destacada ya mencionada por griegos es su cualidad como diurético debido principalmente al contenido en aceites esenciales como el apiol. Este aceite esencial también se encuentra en el perejil en gran cantidad. Si has oído que el perejil en grandes dosis resulta tóxico es por el exceso de este componente. Pero como en casi todo, en la dosis está el beneficio o el perjuicio.
Destaca su valor nutricional con su contenido en minerales (P, Ca, Mg, Fe, S, K, Na) y vitaminas (A, B, C, E).
Es cierto que el sabor y aroma son muy intensos (sobre todo crudo) y hay gente que no soporta el apio. En las legumbres se nota menos, pero a quién no esté acostumbrado seguramente le seguirá pareciendo fuerte. Cuestión de gustos, como siempre.
El apio lo puedes sembrar a fines de invierno (en zonas templadas) directamente en el huerto. En zonas más frías del interior tendremos que esperar posiblemente a primavera. Si las temperaturas son todavía muy frías puedes hacer siembras protegidas en semillero y posterior trasplante. Es una planta con un sistema radicular muy fuerte y enraíza muy bien en trasplante.
En algunas zonas (las templadas-cálidas), se puede hacer una segunda siembra otoñal después de los calores del verano. Según se dice, esta segunda cosecha ya en invierno es mejor que la de primavera.
El acolchado de paja es un sistema idóneo para este cultivo ya que mantiene la humedad del suelo de forma muy constante que es lo que el apio necesita. Como se puede ver en la foto, el acolchado junto con el riego exudante puede ser una de las mejores opciones para mantener una humedad constante.
Si quieres blanquear las pencas de apio interiores puedes atar un cartón rodeando la mata para evitar la entrada de luz solar y por tanto la creación de clorofila, aunque será algo menos nutritivo.
Se puede hacer división de matas una vez cortado el apio para reproducirlo.
Agromática