esarrollado por el Ing. Agr. Alberto Alasia –extensionista del INTA-; este método comienza con un prolongado barbecho, arrancando las labores con arado o rastra de disco si es en convencional o con la aplicación del herbicida tipo “Glifosato” o “Sulfosato” si es en directa, en el mes de noviembre.
La siembra, con cualquiera de los dos métodos, se debe realizar en los primeros días de febrero, a una profundidad de 4 cm, algo mayor que en una siembra tradicional.
A los 30 días de sembrada (primeros días de marzo), se debe pastorear (las plantas tienen entre 3 y 4 hojas) con una muy alta carga y por el menor tiempo posible, preferentemente con vacas.
Este pastoreo anticipado de la avena provoca una reacción en la planta, que se traduce en una anormal producción del número de macollos: una avena normal tiene 5 o 6 macollos por planta, mientras que las comidas anticipadamente cuentan con 25 a 30 macollos por unidad.
De esta manera, nos encontramos, a principios de mayo con un avenal que nos ofrece de 5.000 a 6.000 Kg. de materia seca por hectárea, cantidad suficiente para soportar y engordar a una carga de 10 terneros por hectárea durante 4 meses: mayo, junio, julio y agosto.
Como resultado, Nos encontramos así con una gran masa de forraje en pleno invierno, con una alta proporción de hojas verdes vivas y con algo de material muerto, pero, al llevar muestras para efectuarles análisis de calidad, vemos valores normales, similares a los de este verdeo con manejo tradicional.
De la presentación participaron los Ing. Agro. Daniel Coria e Ignacio Rípodas de la agencia del INTA de Dolores, quienes destacaron que normalmente este forraje es utilizado para recría, pero en este caso será utilizado para vacas de cría en potreros típicos de la zona.
Aquellos interesados en conocer más sobre este método de manejo, pueden dirigirse a la agencia local del INTA y acordar una visita al campo, como así también realizar consultas o recibir información técnica.
INTA