Cultivo de la espinaca

Originaria de Asia, la espinaca dispone de una raíz pivotante y poco ramificada

Cultivo de la espinaca
sábado 05 de septiembre de 2020
E

s una planta dioica: presenta plantas femeninas –con las flores agrupadas en glomérulos axilares– y plantas masculinas –con las flores dispuestas en espigas terminales–.

Se distinguen dos subespecies en la espinaca: Spinacia oleracea L., subespecie glabra Mill., de hoja ancha y semilla redondeada, y S. oleracea L., subespecie spinosa Moench., de hojas puntiagudas y semillas con pinchos, a la que pertenecen la mayor parte de las variedades cultivadas.

Sensible a la sequía que le hace subir a flor, resiste bien a las heladas. En tiempo más caluroso puede verse favorecida con el riego por aspersión. Encontramos variedades otoño-invierno y variedades de primavera-verano y pueden ser espinacas grandes o pequeñas; de hojas verde claro o verde oscuro; algunas carnosas y otras finas, de hojas triangulares y ovaladas; lisas o rugosas.

Le gustan las tierras fértiles, frescas, sueltas, profundas y con buen drenaje. Es bastante exigente en nitrógeno y potasio, que se los podemos proporcionar con preparados a base de ortigas o de consuelda, o cultivarlas tras un cultivo exigente en abonado. Si se cultivan con abono muy nitrogenado puede ser perjudicial para el consumidor ya que acumularán nitrógeno en las hojas. Para la preparación del lecho de siembra realizad una labor profunda y a continuación una labor superficial que deje mullida la tierra.

En primavera se pueden sembrar variedades de hojas lisas con mayor velocidad de crecimiento y en otoño las variedades de hoja rugosa. Es posible que sembrando a principios de octubre tengamos plantas vigorosas que pasarán el invierno y crecerán rápidamente con la llegada de la primavera. Aunque siempre debemos tener en cuenta las características climatológicas de nuestra bioregión. Mediante un pequeño invernadero, o en menor medida con la utilización de mantas térmicas, podemos adelantar la época de siembra y alargar la de cosecha.

Un empajado en las siembras de verano permite reducir los riegos y asegurar una nacencia más regular y dejar entre 10 y 15 cm entre plantas. De todas formas, se adapta bien a densidades de plantación altas. En la medida de lo posible, la exposición de la parcela será soleada en los cultivos de otoño- invierno, y a partir de 26 ºC conviene instalar una malla de sombreo o cultivar en semisombra.

Pueden afectarle la mosca de la remolacha, el pulgón, los nematodos, la araña roja, el mildiu o Pythium. Para un buen estado sanitario no debemos olvidar la rotación de cultivos, ni obviar la humedad para el control de enfermedades fúngicas y araña roja.

Las hojas se cosechan a mano respetando el manojo central. Se debe cosechar continuamente para favorecer el crecimiento –variando el número de cosechas entre 3 y 5, dependiendo de la época de siembra y de las condiciones con que dotemos a nuestro cultivo a la hora de propiciar su vegetación–. En el último corte podremos quitar la totalidad de la planta, para después incorporar el tallo al compost o darlo a los animales.

 

La Fertilidad de la Tierra



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