llos (los cultivos de servicio) llegan con la promesa de un mejor control de malezas en tiempo de barbechos invernales, menor uso de herbicidas (sustentabilidad ambiental) y un aporte nutricional (por ejemplo, de nitrógeno previo a la siembra de maíz). Además, claro, mejorar la arquitectura y composición de los suelos, conservar mejor el agua y reducir la erosión hídrica.
En el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, probablemente una de las zonas de mayor potencial productivo del país y, (por qué no, del mundo), la regional Aapresid Pergamino-Colón está trabajando hace unos años para ajustar el manejo de cultivos de servicio como antecesor soja y maíz.
“Evaluamos qué especies serían las mejores para incorporar a la rotación típica de esta zona que es maíz-soja-trigo/soja, y de allí surgió que la vicia es lo mejor para pasar el invierno antes de maíz tardío y el centeno para anteceder a la soja”, resumió el ATR de la Regional, Federico Zorza.
Estas rotaciones más intensificadas quedan con una secuencia: vicia/maíz - trigo/soja de segunda - centeno/soja de primera. “Lo que mejor ha funcionado hasta ahora es la vicia, principalmente como antecesor de maíz tardío, con un gran aporte en el control de malezas, pero también en el nitrógeno que nos deja residual para ese maíz que se siembra luego”, contó Zorza. Y agregó: “Con vicias inoculadas, que logran 5 toneladas por hectárea de materia seca, algo que es bastante lograble en la zona, el maíz no requiere fertilización nitrogenada y mantiene el potencial de rinde”.
Zorza reconoció que al principio arrancaron algunos, pero hoy, dentro de la regional casi todos los que hacen maíz tardío lo acompañan con vicia. “Estamos evaluando alternativas para el barbecho antecesor del maíz sembrado en fecha temprana, pero aún no tenemos resultados concluyentes, el tema es que son pocos meses, se requiere un cultivo que cubra explosivamente”, explicó el asesor.
En el caso de la soja, están probando en menor medida, pero cada vez con más “feligreses” centeno como antecesor de soja de primera. “Lo sembramos en precosecha de maíz o ni bien cosechado, acá lo importante es controlar la disponibilidad de agua para que no nos vayamos con el secado tan tarde para no perjudicar el cultivo de verano”, explicó Zorza.
Ya a principios de septiembre se puede hacer el secado tranquilamente porque hay alto volumen de centeno. Así se puede sembrar la soja en fecha y con agua disponible.
“Al comparar un barbecho químico con la inclusión de la vicia, por ejemplo, antes del maíz tardío, vemos que, en mejor de los casos, es decir, cuando hay poca presión de malezas y se requieren menos aplicaciones, quedamos en parda, mientras que en los años más comunes cuando hay que hacer 3-4 aplicaciones de herbicidas de abril a diciembre, la diferencia se nota en favor de la vicia”, relató Zorza.
El costo de hacer una vicia ronda los 100 dólares por hectárea. Pero además de ese beneficio puntual, comparado con el uso de herbicidas, también está la renta oculta: suelo enriquecido con raíces, aporte de carbono, nitrógeno, etc.
Para el ATR de la Regional Pergamino-Colón de Aapresid, hoy se está apuntando a ajustes más finos, por ejemplo, “cómo la vicia entrega ese nitrógeno biológico, de tal manera de poder sincronizar esa entrega con la demanda del cultivo de maíz”.
Otro punto es la demanda social por toda la cuestión ambiental en el sector. “La menor utilización de herbicidas a partir de un mayor uso de cultivos de servicio propone un menor impacto y replantea el diálogo con las comunidades”, opinó Zorza.
Finalmente, se entusiasmó con el trabajo que se está haciendo desde la Chacra Pergamino de Aapresid con los microbiomas y microorganismos que habitan el suelo. “Sabemos que hay respuestas, los resultados son lentos, pero confiamos que midiendo toda esta interacción que ocurre en el suelo vamos a obtener resultados positivos”, apuntó.
Granar