egro, muy negro se le presentaba el año al sector del turismo rural tras decretarse el estado de alarma ante la pandemia del COVID-19. Las buenas expectativas marcadas por un 2019 de récord parecían irse al traste con el confinamiento. El sector se preparaba para lo peor. Tanto es así, que en mayo ni siquiera abrieron las reservas ante la incertidumbre creada por la pandemia.
Pero todo cambió a finales de junio. Levantado el estado de alarma, los establecimientos comienzan a recibir las primeras reservas y lo que en un principio no fue más que un goteo, al final se convirtió en una especie de avalancha. Tanto que el mes de julio ha logrado cerrar con una ocupación cercana al cien por cien y agosto supera todas las expectativas, ya que transcurre con el cartel de completo en casi todos los establecimientos de la provincia, lo que está sirviendo de revulsivo para la maltrecha economía local. Así lo confirman dos de las asociaciones del sector y los profesionales de diferentes zonas de la provincia.
“Julio no ha sido mal mes. Es cierto que teníamos puestas muchas expectativas y, al final, ha resultado un poco más flojo de lo previsto”, confirma Ana Cámara, presidenta de la Asociación Turismo Arribes Sur (TAS), para quien la situación se ha dado la vuelta en agosto con unos datos que rozan el lleno en toda la zona. “Este mes los ciudadanos viajan más y eso se ha notado. La gente va buscando tranquilidad y naturaleza y aquí lo tienen de sobra”, señala Cámara.
“El cliente ha buscado este año naturaleza, pueblos y lugares pintorescos, y lo tenemos todo”, afirma Juan Miguel Martín
Aunque este año no ha habido distinciones, ya que toda la oferta ha encontrado una gran acogida por el público, han sido las casas rurales con piscina las más demandadas. “Son las primeras que han volado; ha sido algo impresionante, lo han petado. El resto, nos tenemos que conformar con la opción del río”, reconoce la presidenta de TAS, para quien los hoteles rurales son los que ofrecen los datos más bajos de ocupación. Aunque no en todos los casos. En la zona de La Alberca, la ocupación está siendo casi del cien por cien. Así lo confirma el presidente de la Asociación de Turismo Sierras de Salamanca (ATURSS). Juan Miguel Martín define el devenir de estos dos meses de verano como “más que positivo; el cliente ha buscado este año naturaleza, pueblos y lugares pintorescos, y en esta zona lo tenemos todo”, apostilla este guía turístico y organizador de actividades de ocio, consciente de que estos buenos resultados podrán paliar buena parte de las pérdidas iniciales. “Si al final de año cubrimos los gastos, nos podemos dar por satisfechos”, apostilla.
Pero no todo es optimismo en el sector. Los buenos resultados de julio y agosto contrastan con la incertidumbre que reina de cara a la llegada del mes de septiembre, donde son pocos los establecimientos que han conseguido cerrar un buen número de reservas en la primera quincena. El resto, están de vacío. “Han caído en picado”, confiesa Ana Cámara. “El panorama no es bueno, pero somos optimistas y si la cosa no se tuerce, podría ser un buen mes. Tenemos grandes expectativas”, sentencia Juan Miguel Martín.
Aunque son muchos los que han aprovechado su estancia en un establecimiento rural para descansar y disfrutar de la naturaleza, los hay que aprovechan estas estancias para convertir sus vacaciones en toda una aventura. Por eso, buscan zonas en las que además de naturaleza y patrimonio, la oferta incluya también actividades de turismo activo, como el senderismo, las rutas a caballo o en bicicleta e incluso un paseo en barco por el río.
Mientras que algunos hoteles han tenido que presentar ofertas realmente atractivas, especialmente en el precio, a las casas rurales no les ha hecho falta, ya que sus precios de por sí competitivos han seguido actuando como un imán ante los potenciales clientes.
Algunos establecimientos reconocen haberse visto desbordados ante la avalancha de reservas que siguen recibiendo para este mes de agosto.
Madrid, País Vasco, Andalucía y Cataluña aportan la mayor parte de los clientes
A pesar de la pandemia, el turismo que este verano ha apostado por la provincia de Salamanca para hacer del verano un encuentro con la cultura, el patrimonio y la naturaleza no varía en exceso al de años anteriores. El perfil es muy similar: madrileño, ante todo, y netamente familiar. Aunque siempre hay excepciones. Y este año, más. Por eso, también se ha notado una fuerte presencia de clientes procedentes del País Vasco, Andalucía, Extremadura e incluso de Valencia y Cataluña. “Eso sí, ante todo turismo nacional”, confirma Juan Miguel Martín, presidente de Turismo Sierras de Salamanca.
Pero no exclusivo. También se han dejado ver algunas familias procedentes de Francia. Es el caso del establecimiento que en la comarca de Ciudad Rodrigo regenta Emilio Hernández: “Son clientes fijos y ya tenían hecha la reserva”, subraya.
Junto a estas procedencias, también se muestran muy interesados por estos destinos los castellanoleoneses, los gallegos y también los salmantinos, quienes aprovechan el verano para alargar su estancia. “En lugar de dos o tres días, ahora están una semana o incluso dos”, subraya Ana Cámara, presidenta de la Asociación Turismo Arribes Sur.
Aunque son las familias las que más apuestan por este tipo de estancias rurales, este año se ha registrado también un ligero incremento de los grupos de jóvenes, sin olvidar a las parejas jóvenes que buscan turismo activo.
La Gaceta