stos pequeños vegetales son una fuente excepcional de nutrientes. Si quieres explorar los beneficios de los brotes, es momento de ver qué tipos hay y que propiedades nos ofrecen cada uno de ellos.
Hay una gran infinidad de brotes que puedes adquirir o plantar tu mismo, el listado de los principales brotes es el siguiente:
Los brotes de soja son unos de los brotes más fáciles de cultivar, aunque tienen algo de miga al principio y es muy probable que tengas resultados mínimamente satisfactorios en tu primera vez, cuesta un poco hasta que te haces con el método para que te salgan lo más grandes y jugosos posibles.
La selección de la semilla de soja es clave, aunque podamos encontrar unas cuantas variedades en el mercado, no todas son iguales. Entre las más destacadas, son las variedades de soja mungo y soja adzuki.
La capacidad nutricional del brote depende de la variedad, pero por lo general, los brotes de soja son ricos en proteínas, ácido fólico, vitamina C, vitaminas B y hierro en menor medida.
Su contenido en ácido fólico hace que los brotes de soja sean recomendados para embarazadas o madres en etapa de lactancia.
Los brotes de alfalfa son un complemento perfecto para sándwiches, sobre todo porque aportan una textura crujiente. Al contrario que los brotes de soja, que se pueden añadir a sopas y caldos, no se recomienda que cocines los brotes de alfalfa.
Si te has decidido a cultivar los brotes de alfalfa en casa, no te preocupes, el grano de alfalfa es muy fácil de germinar y además se mantienen hasta 4 días en la nevera.
Los brotes de alfalfa aportan muchos nutrientes, son fuente de niacina y minerales esenciales como el calcio, zinc, magnesio y potasio, así como una fuente importante de fibra. Los brotes de alfalfa son ricos en vitamina C y riboflavina.
Los brotes de alfalfa se recomiendan para personas con problemas de osteoporosis por su contenido en calcio y para deportistas, gracias a su aporte de potasio, elemento básico para una buena salud muscular. Tiene componentes que regulan la producción hormonal, por lo que, si padeces de algún un trastorno hormonal, debes consultar a tu médico antes de incluir estos brotes en tu alimentación.
Los brotes de lentejas, que destacan por su poder nutricional, también son uno de los brotes más fáciles de germinar, necesitan estar en remojo durante 10 horas cada día, durante 4 días y necesitan ser enjuagados un par de veces al día para obtener los mejores resultados. ¿Quién no ha plantado lentejas como experimento de cuando era pequeño?
Las lentejas en forma de brote son una fuente muy rica en proteínas, de hecho, es el brote con más porcentaje de proteína de todos.
Los brotes de lentejas también son ricos en vitamina C, tiamina, cobre y hierro, y especialmente ricos en ácido fólico y manganeso.
Se recomienda el consumo de brotes de lentejas en dietas para personas con tendencia hacia la anemia por su alto contenido en hierro. Puedes ver nuestra publicación sobre la anemia ferropénica si tienes problemas con la absorción del hierro.
Los brotes de trigo tienen un sabor muy suave y rico y son muy fáciles de digerir.
Para obtener germinados de trigo en casa, debes dejar los granos de trigo en remojo durante la noche y luego plantarlos en un pequeño macetero con una tierra, donde debes echar los granos por encima y regarlos un poco. Tapa el macetero con un papel de periódico y humedécelo de vez en cuando hasta que veas los primeros brotes. De esta manera, los brotes de trigo crecerán de forma fácil, te en cuenta que debes mantener el macetero en un lugar con luz indirecta.
Nutricionalmente, los brotes de trigo son también una fuente alternativa de proteínas, un 23% de su composición son proteínas. Los germinados de trigo son una fuente muy destacada de potasio y hierro, y calcio en menor medida.
Entre sus propiedades más destacadas se incluyen su capacidad antioxidante y su capacidad para normalizar la tiroides.
Este es uno de los brotes más curiosos y que adquirieron mucha fama cuando se publicó un estudio de la Universidad Johns Hopkins, donde se indicaba que la composición de los brotes de brócoli era especialmente beneficioso a la hora de aumentar la resistencia del organismo ante los agentes causantes del cáncer.
Cultivar tus propios brotes de brócoli también es muy sencillo. Sumerge las semillas en agua durante la noche. Al día siguiente prepara un macetero con un par de dedos de tierra, riégala un poco y hecha las semillas encima. Cubre el macetero durante cuatro días en un lugar sin luz, humedeciéndolo cada día. A partir de ese momento, ya podrás exponer los brotes a la luz.
Según un estudio de la Idaho State University, los brotes de brócoli obtienen su mayor potencial de nutrientes cuando se plantan en compost, pero también puedes hacerlos crecer sólo con agua.
Su gran cantidad de componentes básicos hace que los germinados de brócoli sean un complemento perfecto para aquellas personas con déficit nutricional, siendo un sustituto natural a los complementos minerales que encontramos en farmacias.
Los brotes de brócoli son una fuente perfecta para obtener fósforo, potasio, magnesio, manganeso, zinc y hierro en nuestra
Si los brotes de brócoli eran un complemento perfecto a nivel mineral, los brotes de rábano son uno de los complementos perfectos para aportar un extra de vitaminas. Sin embargo, una de la mayor aportación de estos brotes, es ayudar a mejorar la función del hígado y la vesícula biliar, concretamente destaca su capacidad para ayudar a eliminar la bilirrubina. Dicho esto, son una un complemento perfecto para aquellas personas que sufren de ictericia o sus consecuencias. Su consumo también es recomendable para las mujeres durante la menopausia.
Actualmente puedes comprar en cualquier supermercado y es la forma más fácil de adquirirlos, pero cultivarlos en casa es muy sencillo, tan sólo se necesita un pequeño recipiente, agua, papel de film y una goma. También puedes hacerlo sobre turba y conseguir brotes con más nutrientes.
Sobre todo, tienes que ser cuidadoso con la preservación y limpieza de los brotes antes de consumirlos, ya que, si el entorno donde se realiza la germinación no es muy salubre, puede ser un lugar prefecto para el desarrollo de bacterias con el E. coli o la Salmonela.
Una vez cortados, si no vamos a consumirlos en el momento, te aconsejamos que los guardes rápido en la nevera para evitar su rápida oxidación.
Guarda los brotes que no vayas a consumir en el momento en la nevera, donde se pueden se mantienen durante hasta 5 días. Revísalos antes de comértelos, si ves que cambian de color, están blandos o no huelen muy bien, es mejor que no los consumas.
Compra semillas orgánicas certificadas para tener unos germinados de máxima calidad. Incluso aunque sean de calidad, si vas a plantarlos en tierra, esta puede contener bacterias, por lo que nada mejor que lavarlos muy muy bien primero.
Elimina los restos de las cáscaras de las semillas, ya que al comerte el germinado crudo, es allí donde se almacenan todos los químicos que la semilla puede tener.
Ten cuidado con el moho en la germinación, si te excedes en el proceso de retención de humedad, se puede producir moho entre las semillas o en el recipiente.
Enjuaga las semillas antes de su germinado con agua abundante y limpia.
Siga estas reglas básicas de seguridad alimentaria en con los brotes y germinados y de esta manera podrás consumir todo tipo de brotes sin riesgo.
Infoagro