Aunque es una tendencia que ya viene de lejos, aún hay en la Argentina muchísimas empresas que no dieron el paso de instalarse en un parque industrial. La realidad es que en todo el país hay cerca de 56.000 empresas industriales, de las que más del 80% son pymes, pero sólo 8000 están radicadas en estos espacios.
En la última década, sin embargo, hubo un fuerte impulso. Según las estadísticas publicadas por RedParques, la red que agrupa a los parques industriales de la Provincia de Buenos Aires, hay ya más de 400 predios en todo el territorio y el 50% de ellos fue creado desde 2010.
Pero, aunque los especialistas en urbanismo y planificación territorial plantean la necesidad urgente de relocalizar de muchas de las unidades productivas porque interfieren en el desarrollo de las ciudades, aún hay resistencias. El costo del traslado es una de las trabas, pero también existe un gran componente de desconocimiento.
Ventajas
Fabricio de Arriba Arévalo, director de Vinculación Territorial de RedParques, señala el decálogo de ventajas por las que una empresa debe mudarse a un parque industrial.
En primer lugar, plantea, hay que verlo como una proyección a futuro. "La radicación en un parque industrial permite ir a un espacio que fue pensado, diseñado, diagramado desde el comienzo como un lugar para albergar a la industria, donde se han tomado un montón de recaudos para que eso no afecte a comercios o la zona residencial", señala.
Entre los ítems centrales, el especialista señala, la seguridad jurídica y la capitalización de la inversión. Estos predios están construidos especialmente para establecimientos industriales y no corren el riesgo de sufrir con el tiempo cambios abruptos en la zonificación, en las normativas y en las condiciones previamente fijadas.
La segunda ventaja también tiene que ver con la seguridad. Los parques están construidos con un diseño y construcción según las normativas, por lo que se evitan accidentes y penalidades. Además, en su mayoría cuentan con cercos perimetrales y control de accesos.
"Un parque contempla todos los aspectos de seguridad, desde la seguridad física, que incluye vigilancia, pasando la seguridad jurídica y temas como la seguridad hidráulica o la seguridad ambiental", plantea De Arriba.
Otro punto clave es el de la inversión en infraestructura. Todos los parques cuentan con las instalaciones base y permiten mayor ahorro y eficiencia a la hora de sostener servicios como energía, cloacas o red de comunicaciones, entre otras.
Los municipios son actores claves en la instalación y construcción de estos espacios. Al punto que en la Argentina cerca del 80% de los parques industriales son de gestión pública municipal. Esto se debe a dos motivos centrales: necesitan ordenar el tejido urbano y alejar las industrias de las zonas residenciales y, por otro lado, favorecer las inversiones de empresas que quieran radicarse en sus localidades por lo que necesitan contar con espacios especializados.
Las ventajas para las empresas en el tema urbanístico es central. Además de aportar al ordenamiento territorial, trabaja en un espacio adaptado a sus necesidades logísticas, con rutas, calles y servicios adecuados.
Los municipios, además, suelen sancionar legislaciones especiales que otorgan exenciones impositivas y de servicios a quienes opten por radicarse en estos espacios.
Este tipo de emprendimiento, además, cumplen con normas de impacto ambiental y desarrollo sustentable, con lo que ofrecen espacios de trabajo más amigables. Son numerosas las parquizaciones integrales que, entre otras cosas, aportan regulación de temperatura, absorción de ruidos y oxigenación del ambiente.
Es típico también que los agrupamientos consigan tasas preferenciales de financiación de parte de entidades bancarias o de parte del Estado.
La baja de costos operativos por el complemento entre empresas y la estrategia de economía en red, es otro elemento que puede ser clave. Entre los numerosos ejemplos, se puede mencionar bajas en costos de seguros, de servicios comunes y de transporte del personal.
Los empleados también reciben los beneficios del trabajo en parques industriales. Muchos de estos espacios cuentan con áreas verdes, comedores, mini bancos, comercios cercanos y en muchos casos suele haber articulación con universidades y entidades de formación profesional.
Finalmente, hay que destacar que la densidad de empresas en un mismo sitio permite lo que se denomina como "Comunidad industrial organizada", que puede incluir articulación con entidades intermedias y con otras empresas hacia dentro y fuera del parque.
¿Por qué mudarse?
Ricardo Herrera, titular de la empresa Excelencia Química que produce pinturas artísticas, cuenta que fue lo que los impulsó a alejarse de la localidad de San Martín y radicarse en el Parque Industrial de Tres Arroyos, a 500 km de la ciudad.
"Teníamos problemas de convivencia con los vecinos, por los olores y ruidos que producíamos, por los horarios de trabajo, el movimiento de gente y la entrada y salida de camiones", relata. Además, "cuando vimos que la empresa crecía y teníamos otro horizonte, nos dimos cuenta de que nos teníamos que ir", agrega.
El municipio de Tres Arroyos les abrió las puertas y no sólo les ofreció las ventajas impositivas de rigor, sino que encontraron la tranquilidad que buscaban y, sobre todo, encontraron vecinos industriales que "hablan el mismo idioma", que "comparten los mismos problemas" y "con un consorcio que vela por los intereses de todos".
La distancia no fue un problema, dice Herrera, en primero lugar porque "como producimos productos en pequeños envases, la incidencia del transporte es razonable". Pero, principalmente, "encontramos un lote de precio accesible para nosotros".
La necesidad de mejorar la infraestructura fue lo que decidió a Arbros, una fábrica de válvulas de seguridad, a mudarse.
Iris Mónica Rabboni, vicepresidente de la empresa, cuenta que invertir en mejoras edilicias en un predio de la Ciudad de Buenos Aires no se justificaba. Con restricciones presupuestarias a cuestas y con algo de dinero en mano, se encontraron con el Parque Industrial Desarrollo Productivo de Moreno y su presidente, Roque Primerano, que les dijo, "este es un parque hecho por Industriales para industriales, si ustedes se van a radicar acá, los voy a ayudar para que lo puedan hacer". Así se pusieron a construir 1000 m2 en un predio de 2000 m2.
"Soñaba con un planta que haga juego con la calidad de nuestros productos, que se vea limpia, ordenada, moderna, amplia con comedor y vestuarios para que las personas estén cómodas donde pasan la mayor cantidad de las horas de sus días. Eso nos impulsó a que la prioridad de los fines de semana durante más de un año la tenga la nueva planta", cuenta Rabonni. "Estar en un Parque Industrial nos permite proyectarnos a futuro, ya que las posibilidades de crecimiento son mucho más viables que en CABA donde nacimos", sostiene.
El caso de la productora de alimentos sin TACC, Lulemuu, también tuvo que ver con la necesidad derivada del crecimiento de la empresa, pero sobre todo con la unificación de las tres plantas que tienen radicadas en los distritos de Lomas del Mirador y San Justo.
Por ello construyeron una planta modelo de 5000 m2 en el parque "Polo industrial de Ezeiza".
Guillermo Sparapani, titular de la firma cuenta que quieren hacer desde su nueva ubicación. "Queremos multiplicar por tres nuestra producción de productos elaborados a base de arroz y llevar de 23 a 30 los productos a comercializar en 2020".
La empresa distribuye en todo el país y quiere comenzar a exportar a Europa. Para eso necesitaban de un espacio que les permita volumen. "Necesitábamos armar un lay out de planta como queríamos, tener seguridad y evitar las complicaciones logísticas que teníamos en los espacios anteriores", señala el empresario.
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