n la provincia de La Pampa el horizonte llano es un desafío al descubrimiento. El viajero entrecierra los ojos e intenta descifrar aquel puntito negro y lejano, que asoma luego de kilómetros y kilómetros de pasturas en la mañana ardiente. ¿Una vaca, un caballo, un poste? Desde su reposera, ese intento vano por reconocer la siluetita es un juego simplón, pero también un condimento más para lograr un estado de ensoñación, de relax. El resto de los condimentos llega por la tarde: repaso de tareas campestres, asado con cuero regado con tinto, una cabalgata corta y un té con tortas artesanales.
La provincia de La Pampa es la que despliega ante el visitante múltiples vivencias como las descriptas. Pasar el día o alojarse en estancias pampeanas redunda en una experiencia inolvidable y enriquecedora, una excelente propuesta para tomar contacto con las más profundas raíces telúricas. De carácter criollo o con influencia europea, es la hospitalidad lo que caracteriza a todas estas propiedades.
turismo en estancias es un producto demandado por quienes buscan un cambio de ambiente; un espacio no contaminado; un lugar no masificado; un acercamiento con la naturaleza, la forma de vida tradicional y el contacto con la gente local.
Distribuidos en distintos puntos de la provincia, los establecimientos rurales invitan al turista a pasar días diferentes en la inmensidad de la llanura con amaneceres espléndidos y puestas de sol únicas e inolvidables. La preferencia de los viajeros por alternativas de agroturismo y turismo de estancias crecerá postpandemia, razón por la cual La Pampa se prepara permanentemente para recibir esta nueva demanda. Las estancias de la provincia abren sus puertas al turista y lo invitan a compartir el entorno natural y cultural a través de actividades que contienen un alto componente vivencial.
A su vez, en los últimos años el turismo rural se ha venido desarrollando en forma creciente como una actividad que ganó terreno en las economías locales y regionales. De esta manera, configura una nueva forma de trabajo, conocida como empleo rural no agrícola, y genera vínculos con la industria, el comercio y otros servicios, que contribuyen a consolidar los procesos de desarrollo. Es decir, este proyecto no se involucra solamente con la actividad sino también con aquellos servicios que la región puede ofrecer, combinándose con hotelería y gastronomía locales, entre otras actividades ligadas a la recreación.
Existe una multiplicidad de recintos pampeanos con jerarquizada oferta de turismo rural. Entre ellos se destacan:
Los descendientes del pintor ofrecen la oportunidad de compartir en familia estadías completas en la misma casa en la que Ortiz Echagüe viviera los últimos años de su vida. También es factible disfrutar de la extensa biblioteca de la esposa del pintor, doña Elizabeth Smidt. En ese sentido también se ofrece un taller artístico para el visitante. Respecto a la conexión con la naturaleza se puede realizar avistajes de flora y fauna, caminatas a un cerro cercano, realizar caminatas por el monte de caldenes o bien dar un paseo a caballo.
La provincia despliega ante nuestros ojos una multiplicidad de opciones en materia de turismo rural. Todas ellas posibilitan no solo tomar contacto con las tareas del campo, sino también con la excelente gastronomía local y el encuentro con uno mismo.
Gastronomía: la comida es uno de los rasgos culturales más sobresalientes. Sabrosos platos típicos, como chivitos, lechones, empanadas, corderos, asado con cuero, lomitos de ciervo y jabalí, chacinados, escabeches, pasteles y tortas fritas forman parte de la cocina tradicional pampeana. Son infaltables también las carbonadas españolas, las pastas italianas y las delicias rusas y alemanas.
Ser argentino