e acuerdo con la información entregada por Science Daily, las raíces de los cultivos de cobertura ayudarían a mantener el suelo en su lugar; y evitarían la erosión. Además, podrían absorber el exceso de nutrientes, como el nitrógeno, para evitar que contaminen los arroyos.
Sin embargo, la complejidad en usar los cultivos de cobertura está en saber elegir cuáles son las más adecuados para cada uno de los campos.
Por ello, investigadores de la Sociedad Americana de Agronomía probaron varios cultivos de cobertura potenciales junto a agricultores de Illinois.
"Querían probar diferentes cultivos de cobertura, especialmente los que no generan trabajo extra en la primavera y otros que no competirán con el maíz por los recursos", expresó María Villamil, investigadora de la Universidad de Illinois y miembro de la Sociedad Americana de Agronomía.
Los agricultores prefirieron cereales de centeno como cultivo de cobertura antes de sembrar la soja.
El centeno capturó el nitrógeno que quedaba en el suelo después de la cosecha de maíz del año anterior. Sin embargo, cuando los agricultores planeaban cultivar maíz, preferían usar un cultivo de cobertura de arveja.
El equipo de Villamil instaló parcelas experimentales en seis lugares del estado de Illinois. Hacia el final de la temporada de cultivo del maíz o la soja, los investigadores caminaron por los campos de cultivo para esparcir semillas de cultivos de cobertura entre las plantas.
Los cultivos de cobertura que probaron incluyeron avena de primavera, trébol rojo, raigrás anual y rábanos, entre otros.
Luego, los investigadores rastrearon qué tan bien crecieron los cultivos de cobertura, cómo cambiaron las propiedades del suelo con el tiempo y el rendimiento de los cultivos alimentarios futuros.
Sorprendentemente, los cultivos de cobertura no tuvieron un gran efecto en el suelo. "No hubo mucha mejora en las propiedades del suelo con el uso de un cultivo de cobertura, excepto tal vez por la rotación con el raigrás anual", comentó Villamil.
La principal razón por la que la mayoría de los cultivos de cobertura no afectaron mucho al suelo es que la mayoría de ellos murieron durante el invierno.
Sin embargo, los cultivos de cobertura muertos significan que los agricultores tendrán menos trabajo matándolos en la primavera. Pero también son menos efectivos para proteger el suelo o absorber nutrientes.
Por otro lado, el raigrás anual y el centeno de cereales, ambos pastos, sobrevivieron en gran medida al invierno, al igual que la arveja vellosa, una legumbre como la soja. Los pastos redujeron ligeramente los rendimientos futuros de maíz. Probablemente se deba a que compiten con el maíz por agua en la primavera.
"Los rendimientos de la soja no se vieron afectados en absoluto. La soja crece muy bien con cultivos de cobertura, por lo que debemos aprovechar eso", puntualizó Villamil.
"La lección es que aprovechar los beneficios de los cultivos de cobertura requiere un mayor compromiso de usarlos para proteger el suelo. Eso significa elegir cultivos de cobertura que puedan sobrevivir al invierno, crecer mucho en la primavera y mantenerse en el suelo todo el tiempo. Algunos cultivos de cobertura pueden disminuir ligeramente los rendimientos de cultivos futuros, pero a largo plazo, vale la pena proteger nuestro suelo”, dijo la investigadora.
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