Hace sólo dos años, el garbanzo argentino alcanzó la gloria en materia de precios. A campo, la tonelada se pagaba por encima de mil dólares. Pero en una sola campaña, el mercado dio un giro de 180 grados: las supercosechas logradas en varios de los principales países productores inundaron de oferta el mundo y tiraron los valores hasta los 300 dólares.
La legumbre que se produce en el centro y norte de Córdoba está por entrar a período de cosecha y el horizonte no ha cambiado demasiado, lo que complica la ecuación económica de los productores. “Con los rindes que estamos viendo, afectados por la falta de agua, no cubrís los costos”, advirtió Mercedes Amuchástegui, de la empresa Tecnocampo.
La compañía con base en Monte Cristo exporta garbanzo, que produce en campos propios, a 30 países. Si bien las cosechas de Estados Unidos y Canadá fueron menores que las de 2018, la clave son los elevados stocks. “Hay mercadería de sobra, los dos países tienen una cosecha completa guardada”, remarcó Amuchástegui.
Al respecto, el expresidente de Clera, José María Lázara, enumeró que las existencias en Estados Unidos ascienden a 250 mil toneladas, más que las 240 mil que cosechó este año. En Canadá hay almacenadas 100 mil, el triple de la última campaña. A eso se suman 160 mil toneladas en la India, 100 mil en Rusia y 40 mil en México.
En ese contexto, que Argentina sufra una caída en su cosecha no genera tampoco expectativas alcistas. “Hoy, no hay nada que indique que los precios vayan a subir. Que Argentina produzca cinco mil toneladas menos, este año, no mueve la aguja”, resumió.
Agrovoz