Ecosistemas Pecuarios / Aves Pollos / Valor Agregado en Origen

Avances del bienestar animal en la avicultura comercial

Tanto la avicultura comercial como INTA tienen una larga historia en la región. En este camino compartido, en 2011 se inició un trabajo conjunto que generó información en distintos niveles

Avances del bienestar animal en la avicultura comercial

Esto permitió adaptar tecnologías de vanguardia a la realidad de climas subtropicales, reducir el impacto de las condiciones ambientales extremas, la mortandad y mejorar el bienestar animal.

Hace diez años, se comenzó a observar que diferentes organismos internacionales, tales como la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), de los que Argentina forma parte, consideraban cada vez con más énfasis cuestiones relacionadas al bienestar animal. Se visualizó que en poco tiempo estos aspectos podrían formar parte de las reglas de comercialización en la producción avícola. Con el fin de anticiparse y generar condiciones que le permitan a la Argentina prepararse para responder a exigencias de este tipo, el programa nacional de avicultura de INTA decidió poner manos a la obra.

La avicultura comercial es una de las actividades agropecuarias más importantes de nuestro país. Se desarrolla mayoritariamente en las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, en menor medida en Santa Fe, Córdoba, Salta y Mendoza. Entre todas abastecen al consumo nacional.

Tanto en Buenos Aires como en Entre Ríos, INTA tiene equipos de trabajo principalmente en dos aspectos: sanidad y nutrición. Ante la necesidad de abordar el bienestar animal como temática estratégica para la avicultura, INTA Reconquista fue el sitio elegido. Para emprender el desafío de contribuir con investigaciones para el sector, el norte de Santa Fe cuenta con capacidades instaladas y una fuerte presencia avícola.

Esta demanda propició el vínculo con las tres empresas avícolas locales. A partir de un diagnóstico conjunto surgieron necesidades diversas y se detectaron cuellos de botella que orientaron las primeras actividades a las cuales se sumaron la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

 

Primeras tareas

El primer avance fue la generación de un curso de capacitación para personal de granjas avícolas, que contó con el compromiso de las tres empresas locales y la participación activa del equipo de docentes de la UNL. Se generó un espacio de intercambio entre los saberes y experiencias de los granjeros junto al conocimiento técnico de los docentes. Personas capacitadas permiten mejorar el bienestar animal al optimizar el manejo de las granjas y reducir pérdidas durante la crianza. Actualmente, las capacitaciones continúan dirigidas a otras etapas de la cadena productiva, con énfasis en el procesamiento y ese primer curso de entrenamiento se perfeccionó en una tecnicatura en producción avícola que la Universidad Nacional del Litoral tiene disponible.

 

Validación de tipos de galpones

Se evaluaron poniendo énfasis en los nuevos modelos instalados en la región para el control automatizado del galpón. Esta tecnología desarrollada y validada en climas templados, generaba incertidumbre en esta región, debido a que la temporada primavero-estival se presenta con temperaturas ambiente y humedad relativa elevadas y presión atmosférica baja. Con buena predisposición de las empresas y sus trabajadores se inició la evaluación del funcionamiento de los galpones, así como las estrategias de manejo que tienen efecto directo sobre el nivel de confort y el estado de las aves. Dentro de estas estrategias, un elemento significativo es la densidad de alojamiento.

 

Encontrar la densidad de alojamiento adecuada

Esta es una tarea que genera tensión entre los intereses económicos por un lado y las necesidades de mantener el bienestar por otro. Llegar al punto de equilibrio fue el desafío. Con esta meta planteada, se evaluó el comportamiento de galpones con mayor y menor densidad de carga, respecto de lo utilizado habitualmente.

Los resultados preliminares demostraron que el peso final y el peso eviscerado fueron superiores cuando se disminuyó la densidad de alojamiento al permitir un buen desarrollo individual. Estas mejoras individuales no compensaron la diferencia en kilogramos de carne total producidos en galpones con carga estándar. Aun así, la diferencia fue positiva en términos de bienestar, ya que indicadores como “lesiones en piel de patas y tarsos” mostraron que éstas se presentaron con menor frecuencia y gravedad cuando se redujo la carga de aves. Esto influyó en el ambiente del galpón al mejorar la calidad de la cama que presentó valores de humedad más bajos.

 

Reducir pérdidas en prefaena

En las etapas posteriores a la recría se observaron pérdidas asociadas a la rutina de trabajo. Daños tales como, alas quebradas, hematomas y mortandad son manifestaciones de trauma físico y claros indicadores de falta de bienestar que generan, además, enormes pérdidas económicas. A partir del seguimiento a campo de las tareas de recolección, transporte y acondicionamiento para la faena se determinaron los puntos críticos y se generó un proceso de capacitación continua que permitió concientizarlos sobre la importancia del manejo adecuado de los animales previo al sacrificio y detectar nuevas áreas de mejora.

 

Largas esperas aumentan el estrés

Otro de los puntos críticos abordados fue el tiempo de espera previo a la faena. La combinación del clima caluroso y húmedo de nuestra región con largos períodos en playa de espera, influyen en forma negativa sobre las aves. Al evaluar el efecto de acortar estos plazos, los resultados obtenidos indicaron que, tiempos superiores a las dos horas de espera generan cambios en el comportamiento de estrés, que se expresó mediante el nivel de miedo mostrado por las aves ante tiempos de espera prolongados, evaluado con el indicador de inmovilidad tónica (IT).

Además, ocurrieron modificaciones fisiológicas como aumento de la temperatura corporal, jadeo y en casos extremos, mortandad. Sobre las aves faenadas se detectó una reducción en la calidad de la carne visible a través de indicadores tecnológicos como pH, terneza, pérdidas por cocción y color. Este trabajo derivó en modificaciones logísticas en la rutina de recolección, traslado y espera para acortar los tiempos y reducir estas pérdidas.

 

Transporte, tan necesario como complejo de refrigerar

El transporte de aves vivas para faena en nuestro país se realiza sobre camiones compuestos por chasis y acoplados, abiertos casi completamente. Sobre estos se estiban jaulas plásticas en las cuales se trasladan los pollos.

El movimiento de los camiones permite la ventilación pasiva de las jaulas arrastrando parte del calor acumulado por las aves. Esta forma de ventilación resulta heterogénea ya que las jaulas ubicadas externamente reciben mayor corriente de aire y pierden más calor que las internas. Si bien las distancias y los tiempos de traslado son relativamente cortos en comparación con los publicados en otros países subtropicales, es un punto generador de estrés dado que la forma utilizada por las aves para eliminar calor hace que este se acumule dentro de las jaulas y se compromete el bienestar lo que resulta perjudicial para los pollos.

Reducir las pérdidas por estrés calórico en el transporte fue el reciente desafío. Durante el verano de 2020, se realizaron evaluaciones con el objetivo de mejorar el flujo de aire sobre los camiones. Los primeros datos analizados mostraron que generar un espacio entre las jaulas centrales del camión es una alternativa de bajo costo que permite aumentar la circulación de aire; aumentar la ventilación entre las mismas; mejorar la temperatura interior de las jaulas; reducir la hipertermia de los pollos prefaena, e incrementar el bienestar animal. Quedan aún datos por analizar y resulta de interés profundizar las investigaciones en este sentido.

 

Otros temas, en el mientras tanto

En la medida que el vínculo con las empresas se fue afianzando, abordamos otros aspectos, además del bienestar animal. La cadena avícola es una de las que moviliza la economía de nuestra región pero su valor no es sólo económico al generar cerca de 600 puestos de trabajo directos e indirectos, sino que también tiene importancia social. Su presencia y permanencia a lo largo de los años ha permitido el desarrollo de la zona y el arraigo en la ruralidad. Esto se vio reflejado gracias al trabajo realizado junto al equipo de economía de INTA Reconquista que puso de manifiesto las particularidades de la cadena en la región.

 

Por 10 años más

Con la posibilidad de exportación existente para las distintas carnes, cada falla en la cadena que afecte el estado de las aves tendrá consecuencias no sólo desde el punto de vista ético durante todo el proceso, sino sobre la calidad final del producto. Las posibilidades de comercialización involucran día a día y cada vez con más fuerza e importancia al bienestar animal como exigencia para concretar las transacciones. Es por esto que la investigación continua es necesaria en cada una de las etapas en pos de la mejora de la producción avícola. Para esto el trabajo interdisciplinario es fundamental, así como es importante el esfuerzo puesto por cada una de las instituciones y empresas en el desarrollo de estas actividades lo que afianza nuestra decisión de seguir trabajando por y para la avicultura.

 

INTA

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