Ambiente Sustentable / Ecosistemas Campesinos

Argelanda: Agroecología en su máxima expresión

La tierra de Margarita Tourn y Marco van Strien

Argelanda: Agroecología en su máxima expresión
jueves 22 de abril de 2021

Margarita Tourn y Marco van Strien abrieron las puertas de un campo donde se producen materias primas y alimentos de manera sustentable y “sana”. Su forma de producir, además, es revelada por organismos como el INTA, Conicet y universidades no sólo de nuestro país

Una producción de principio a fin sin agroquímicos es el trabajo que realizan Margarita Tourn y Marco van Strien en su campo Argelanda. En una entrevista realizada en dicho campo, contaron cómo a partir de alertas de estudios científicos comenzaron el proceso de transición que hoy logran comercializar en pequeñas cantidades harina agroecológica, y plantean la necesidad de un mercado diferencial con una certificación agroecológica.

Argelanda siempre fue un campo de explotación agrícola y ganadera a la vez, se combinaban las dos producciones. Explicó Marco que al finalizar sus estudios de Agronomía “traté de reconvertir el establecimiento a una producción más sustentable y empezamos a hacer siembra directa, pero siempre en base a uso de agroquímicos”.

 

No sumar riesgos

Agregó que hace diez años comenzaron a ver las dificultades de la siembra directa, como malezas difíciles de controlar, más resistentes a los herbicidas y empezaron a surgir las primeras informaciones en los papers, los alertas, las investigaciones del INTA, del Conicet, de residuos de agroquímicos en aguas, en suelo y en el aire.

“El glifosato antes no estaba en el medio y ahora lo tenemos en todos lados, en el aire, en el agua subterránea, en el agua superficial, en los suelos”, indicó.

Dijo al respecto que “no es el más dañino de los agroquímicos pero al haber tanto volumen está demasiado presente, por lejos no es el peor veneno que se usa en el campo, hay cosas muchísimo más toxicas, pero el glifosato se usa en más cantidad”.

A raíz de estas investigaciones Marco comentó que “eso a mí me alertó”, y Margarita por su parte agregó que “nos interesa estar en un ambiente saludable, o al menos no sumar más riesgos”.

 

 

“Fue una transición, empezamos a probar, los procesos llevan años. El resultado de un cultivo lo tenes 6 ó 7 meses después y ese cultivo da una conclusión en base a la preparación que hiciste del suelo un año antes”, explicó Marco quien además indicó que “hace tres o cuatro años atrás se volcó todo el campo a que sea agroecológico en su totalidad, no probamos más”, destacó

 

Sin agroquimicos

Llama la atención el ingreso al campo, ver lotes con maíz y soja al mismo tiempo. El motivo de esta asociación de producción lo explicó Marco cuando dijo que “la soja la utilizamos como cultivo acompañante de gramíneas de verano. Con los sistemas agroecológicos lo que buscamos es la mayor diversidad en el mismo lugar en el mismo momento, diversidad de plantas, tratamos de asociar cultivos en lo posible, en este caso estoy usando maíz combinado con soja, sembrado simultáneo, utilizado para la alimentación ganadera directa en el campo. Lo comen los novillos directamente de la planta, eso es importante porque ellos devuelven a la tierra el excedente, lo que hace que no se empobrezca tanto el suelo que es nuestro principal recurso”, describió.

 

 

 

Apuntó además que “la soja aporta un sistema de raíces totalmente distinto al maíz, lo que permite es fijar nitrógeno, sostener el cultivo sin necesidad de aplicación de urea y dejar el suelo más rico en nitrógeno para el cultivo siguiente también. El maíz provee mucha energía y más volumen de pasto que la soja, la asociación es muy saludable, la soja aporta mucha proteína a la dieta y tiene un engorde mucho más interesante”, precisó.

El campo está totalmente diversificado, explicó Marco, con pasturas con sociedades perennes las cuales se siembran y durante 4 ó 5 años no se vuelve a sembrar porque rebrota.

También explicó que el trigo de cosecha se asocia con leguminosas, tréboles, lotus, al finalizar el cultivo de trigo queda en el lote el trébol y lotus, esto se realiza con la idea de generar la mayor cantidad de puentes verdes para que no haya un receso de planta verde sobre el lote para garantizar vida de raíces en el suelo y de microorganismos en el suelo.

 

 

Dentro del campo se pueden observar varios corredores biológicos. Margarita explicó que “de a poco empezás a modificar el paisaje para que haya lugares lo más parecidos posibles a lo que fue la pradera originaria -el pastizal originario- para que los animales vuelvan a estar y nos ayuden a controlar las isocas, por ejemplo”.

De igual modo plantan árboles nativos para que se pueda dar la presencia de pájaros que contribuyen al control de tucuras, isocas y otros tipos de plagas que normalmente aparecen en un cultivo. “Siempre buscamos heterogeneidad garantiza, más diversidad de insectos dentro del mismo sistema, diversidad de fauna benéfica, de raíces y microorganismos en el suelo”, sostuvo.

 

Harina agroecológica

Margarita comentó que como resultado se obtiene “un producto totalmente saludable sin aplicaciones de ningún tipo de agroquímicos. En agroecología hay mucha experiencia de pequeños productores, nuestro desafío es poder hacer trigo, avena, cebada, cereales de la zona pero sin aplicaciones que suelen llevar esos cultivos”, según comentó.

 

 

Mercado diferencial

La falta de un mercado diferencial en Argentina fue lo que generó la elaboración de harina agroecológica, ya que el excedente de trigo se comercializa por la vía normal, y pasa a ser trigo común. “Hoy no existe una certificación agroecológica a nivel nacional. Lo único que existe es certificación de trigo orgánico, es distinto al agroecológico. Eso nos motivó a buscar una elaboración. Primero el precio es el mismo que cualquier otro trigo, pero a la vez cuando lo mezclan -porque se va en el mismo barco y colocan el mismo veneno para conservarlo- todo lo que vos cuidaste en el momento de la producción se pierde, porque se termina envenenando también”, contó Marco.

En ese sentido confió que “se está yendo esta mercadería que tiene esta calidad al mismo precio y rompiendo la cadena de calidad, queríamos que quede algo en el mercado de cercanía, que a los vecinos les aporte algún beneficio que nosotros produzcamos de forma cuidadosa”.

 

Proyecto local

Dijo Margarita que se inició el proceso de inscripción en Bromatología y ante los ministerios correspondientes y -mientras concluye- están realizando la venta artesanal en Feria de Productores locales en Claromecó y también por redes sociales.

Contaron que el proyecto a corto plazo es la fábrica de pastas. “Llegar con algunos pequeños productos pero que el producto final tenga el mismo cuidado que la producción a campo, que no se pierda en el camino”, indicó.

El desafío es alcanzar que toda la producción de Argelanda pueda llegar al consumidor de forma diferenciada, más allá del precio, pero que tenga acceso a una producción “sana”.

“Es necesario que haya explotaciones que estén empezando a trabajar de esta forma para desarrollar conocimientos y a partir de ahí difundirlo. Estamos teniendo visitas permanentes del INTA, Conicet y de universidades de otros países, a realizar investigaciones. Se genera información con lo que uno hace y sirve a otros, son todos científicos que presentan sus trabajos en Congresos Latinoamericanos y Argentinos de Agroecología”, valoró Marco al finalizar.  

 

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