La forma más reconocida para la siembra de las plantas es la compra de semillas. Pero algunas veces se puede recurrir a otras maneras en caso de no contar con estas y querer plantarlas. Ya sea si se quiere mudarlas de lugar sin arrancar de raíz, compartir con alguna colega o tener en varios lugares la misma especie, se pueden llevar a cabo estos métodos.
Los esquejes son tallos o ramas que se pueden obtener de una planta madre que ya tiene raíces sobre una superficie llena de materia orgánica para que crezca sana y fuerte. Sus características le van a dar la posibilidad de que a partir de esquejes pueda nacer otra planta igual.
Por lo tanto, se deben tomar tallos o ramos de aquellas plantas que se encuentren más saludables. Los esquejes van a resultar entonces más o menos grandes según la planta madre ya que toma la misma proporción que esta.
Luego de tomar el esqueje por debajo de uno de los nudos, se retiran las hojas o yemas que puedan estar en la parte inferior pero se dejan las de arriba. Esto ayudará a que la planta eche raíces fuertes sobre el suelo.
Se recomienda realizar este método durante primavera, evitando los días de mucho calor. Dependiendo de la planta y el esqueje sembrado, se verá cómo durante el desarrollo irán creciendo nuevas yemas y hojas.
Estos se pueden llevar a cabo en primavera y otoño. La manera de que crezcan nuevas plantas es sembrando una rama de la planta madre en la tierra. Para hacerlo, debe proceder con una navaja limpia y un pequeño corte.
Más tarde, cuando la rama produce raíces nuevas, es momento de cortarla para dividir la nueva planta de la planta madre.
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