No todos saben que crían rodeos hasta en los rincones más alejados de la provincia y aunque algún desprevenido podría creer que en el oeste sólo hay chivos, los campos de Santa Isabel, Algarrobo del Águila, La Humada y Chos Malal, albergan actualmente «entre 55 y 60 mil cabezas vacunas, distribuidas entre 200 productores y sobre aproximadamente un millón de hectáreas».
Para completar sus campañas de vacunación (antiaftosa y control de brucelosis) en este departamento limítrofe con Mendoza se utilizan «unas cien mil dosis al año» calcula Cristian Torres (42), titular de la Fundación de Sanidad Animal de Chical Co, con sede en La Humada. De todos modos, su clima árido, con grandes diferencias térmicas entre invierno y verano, escasísimas precipitaciones y fuertes vientos, no resulta el ambiente más propicio para la cría. «De acuerdo a factores como distribución y calidad del agua, genética de los animales, porcentajes de destete y manejo del productor, una cabeza puede demandar entre 12 y 20 hectáreas» cuenta Torres.
La Fundación de Chical Co nació en 2002, entre las entidades creadas para desarrollar campañas de vacunación coordinadas por el Senasa tras la aparición (en julio de 2000) del último gran brote de fiebre aftosa en nuestro país. «Es muy ordenada y eficiente: los nueve directivos formamos un equipo y 200 productores sostienen la actividad durante todo el año». Cuenta con «tres veterinarios y cuatro técnicos», trabaja con tres vacunadores por ejido y aunque los laboratorios «requieren pago por adelantado» la fundación otorga «hasta 60 días de plazo» para abonar las dosis.
Torres se especializó en lechería y trabajó en el INTA de Rafaela antes de asentarse en Algarrobo del Águila, donde dirige la Cabaña El Q’anil, instalada «sobre un campo atravesado por el cauce seco del Atuel». Desde allí suma su esfuerzo y dedicación para incorporar jerarquía a la ganadería regional. «Es la primera y única experiencia genética para Angus de pedigree en este departamento, con todo lo que eso implica, trabajando mucho en el ambiente y con un biotipo muy particular». Si bien el mercado «dispone gran variedad genética, hay poco desarrollo para regiones áridas y semiáridas», comenta.
La Fundación también promueve actividades de extensión agropecuaria, como las Jornadas del Árido Pampeano, que en 2020 debieron suspenderse y «este año, quién sabe». «También tratamos de desarrollar actividades sociales y acompañar a las escuelas, clubes y postas sanitarias: si somos la institución más grande del departamento, detrás de los municipios», añade.
En el extremo oeste es «fundamental que los productores aprendan a manejar el destete precoz, una herramienta capaz de generar 300 millones más al año, apenas con un pequeño esfuerzo». Y desde esa mirada fundó su cabaña. «Con 20 millones por año y ocho técnicos el departamento podría aumentar el destete precoz en un 1,5% por año». Haría falta «una decisión conjunta del INTA y el estado provincial, pero ganaríamos unos 300 millones más por año», reitera.
De Frente Al Campo