Desde el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la provincia de Buenos Aires (Ciafba) y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) ven con buenos ojos la expansión de la frontera manisera del país, pero ponen un acento sobre el cuidado del suelo por las características de este cultivo.
La zona tradicional del cultivo del maní en Argentina siempre fue la provincia de Córdoba, desde la cual se empezó a expandir la actividad hacia San Luis y La Pampa. Sin embargo, hace unos años, la frontera se comenzó a correr hacia el oeste bonaerense, lo que dio lugar a numerosas recomendaciones sobre el cuidado del suelo.
Héctor Carta, director de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) General Villegas del Inta, explicó que "como normalmente se siembra en suelo arenoso, si la cosecha es tardía hay problemas de voladuras de campos, por lo que es necesario un manejo agronómico adecuado del cultivo para no degradar el suelo". Esto se debe a que, para cosecharlo, hay que hacer una remoción de los primeros centímetros de suelo, que queda expuesto a la acción erosiva.
Carta recomienda los cultivos de cosecha temprana porque, de esta manera, luego de la cosecha, se puede sembrar un cultivo que proteja el suelo y evitar las voladuras.
Desde Ciafba, Martín Videla Dorna sostuvo que no se tenía pensado que el cultivo del maní se expandiera hacia el Este, ingresando en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, explicó que, gracias a las variedades de ciclo corto, se pudieron sembrar miles de hectáreas donde existe un suelo más pesado.
Para Videla Dorna el cultivo de maní se puede hacer siempre que se respeten normas básicas como el cuidado del suelo con cultivos de cobertura o rotaciones, con el objetivo de que los suelos no queden descubiertos en las épocas de viento. Es por esta razón, explica Videla Dorna, que “La Pampa y San Luis legislaron para que los productores de maní, que en gran proporción son empresas integradas con la industria, lo siembren en franjas con un cereal como puede ser maíz o sorgo a fin de proteger de la erosión eólica”.
Ambos especialistas coinciden en la importancia económica que tiene la expansión del cultivo del maní, pero recalcan que es fundamental una protección de los suelos en contra de la erosión. “La provincia de Buenos Aires está por reglamentar el cultivo; sería importante que hubiera una ley que condene como delito la erosión del suelo por error humano, como en La Pampa”, recomendó Videla Dorna.
El Agrario