Ubicado en el noroeste de la provincia de Santa Cruz, el Parque Nacional Patagonia fue creado a fines del año 2014. El área protegida posee una superficie de 52.811 hectáreas, protegiendo una importante porción de la Meseta del Lago Buenos Aires, incluida en la ecorregión de la Estepa Patagónica y que representa una importante reserva hídrica para las localidades linderas. Se trata de un tipo de ambiente que hasta entonces no se encontraba representado bajo preservación.
Con el apoyo de la Secretaría de Turismo de la Provincia de Santa Cruz y de la Dirección de Turismo de Perito Moreno, un grupo de emprendedores concretó el sueño de prosperar en su tierra a través de la revalorización de la vida silvestre.
Entre los proyectos sostenibles que “producen naturaleza”, se encuentra la Reserva Natural Silvestre. El lugar ofrece una red de senderos que conectan la región con el lago y la meseta Buenos Aires. Durante los paseos, zorros, guanacos y aves acompañan a los caminantes.
El Portal Cañadón Pinturas, cuenta con más de 20 km de senderos para recorrer de manera autoguiada, entre aves rapaces y lagunas con macás. El portal tiene un cómodo refugio donde emprendedores de localidades aledañas ofrecen propuestas de turismo sustentable.
El ecoturismo ofrece observación de fauna, incluyendo a los pumas. La propuesta busca colocar a estos animales en el centro de una reconversión productiva desde el ecoturismo (sustentable y responsable) que reactive económicamente a los pueblos de la región.
El Choique ofrece avistajes de animales a través de un trekking de exigencia media-alta. Las salidas parten de La Posta de los Toldos y recorren el sendero La Guanaca rumbo al mirador del cerro Amarillo, donde también es habitual divisar cóndores sobrevolando. Se trata de una experiencia única y divertida que incluye el rastreo de los animales un día entero en grupos de hasta cuatro personas mayores de edad.
Los pumas son avistados desde una distancia segura (alrededor de 100 metros) con binoculares. La experiencia incluye la observación de huellas, aprender sobre su dieta, sus costumbres, sus recorridos, sus familias y eventualmente divisar algún puma.
En el Parque Nacional Patagonia, la ciencia se encuentra al servicio de la naturaleza. En el Cañadón Caracoles se trabaja en la recuperación de los juncales, ejemplares que habían reducido su superficie tras el sobrepastoreo y desvío de vertientes para el riego de pasturas. El objetivo es volver las aguas a sus cauces originales para triplicar el espacio que ocupan.
En las últimas décadas, el huemul desapareció a nivel regional, mientras que el chinchillón anaranjado, el coipo y la gallineta austral sufrieron extinciones locales, con una consecuente disminución del número de ejemplares.
Respecto a los chinchillones, el proyecto de preservación incluye la translocación de familias a zonas donde escasean y la colocación de radiocollares y de marcas (caravanas) para analizar la distribución actual de la especie.
Sobre el guanaco, los biólogos estudian sus movimientos anuales para entender mejor la dinámica de su migración. Para investigar a la especie, la Fundación Rewilding Argentina colocó collares rastreadores en 26 ejemplares. El objetivo es diseñar senderos que permitan la observación sin impacto sobre la fauna.
Ingresando al Portal Cañadón Pinturas -ubicada al sur de la localidad de Perito Moreno- los visitantes encontrarán un tesoro para viajeros con alma de exploradores: Tierra de Colores. Se trata de una reserva privada de uso público y gratuito que invita a un paseo por un sendero en el que la prehistoria jurásica y la actividad volcánica dejaron sus huellas.
La caminata de 4,8 km insume una hora y 45 minutos. Luego de atravesar un cañadón amarillo, se sube una ladera para cruzar una pequeña meseta que conduce a un “mirador” de lujo con colores característicos del “paisaje jurásico”.
En la región predominan los sedimentos limo-arcillosos en los que se encontraron fragmentos fósiles.
La Cueva de las Manos -considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- invita a viajar en el tiempo. Las pinturas más recientes que alberga el Parque datan de hace 1.300 años. Según los expertos, los pueblos originarios utilizaban pigmentos minerales y huesos para plasmar imágenes de animales, instrumentos de percusión, mujeres y niños, y hombres con lanzas, entre otros motivos.
Con acceso gratuito, el Parque Nacional Patagonia está abierto de lunes a domingo de 8 a 20 hs, con un cupo máximo de 200 visitantes diarios. Las temperaturas del lugar oscilan entre -20°C y 35°C, con pocas precipitaciones pero fuertes vientos, heladas y nieve. Se aconseja ir entre septiembre y abril para disfrutar de días más largos y temperaturas cálidas.
Para el alojamiento se recomienda la Posta de los Toldos. El lugar ofrece habitaciones cuádruples y quíntuples, bolsas de dormir, servicio de internet, cocina compartida y restaurante.
Si la idea es acampar, Caburé, El Cisne, El Amarillo, Los Choiques y El Rincón son algunos de los espacios habilitados con parrilla, mesas, bancos y actividades como senderismo, escalada, avistajes, paseos y visitas.