Debido a que la mayoría de las plantas de interiores se comportan de manera distinta que en su ambiente natural, para hacerlas crecer es preciso que incorporen elementos esenciales como nitrógeno, potasio, hierro, cobre y zinc. Estos se obtienen a partir del uso de fertilizantes orgánicos fáciles de preparar o conseguir en viveros comerciales.
Según el docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), Juan Acita, una buena fertilización hace que las plantas crezcan de manera fuerte y vigorosa, reduciendo las posibilidades de que se enfermen o sean atacadas por insectos.
La tarea jardinera puede realizarse durante todo el año, aunque conviene llevarla delante de septiembre a marzo, durante el período de mayor actividad vital y de consumo energético de las especies. De todas formas, si los ejemplares muestran algún deterioro en su salud, también es momento de actuar.
En palabras de Acita, los fertilizantes orgánicos hechos en base a productos naturales aplicados en dosis correctas, no dañan las plantas y mejoran las propiedades físicas de la tierra de las macetasen cuestiones vinculadas a su aireación, porosidad y drenaje. En contraposición, las opciones inorgánicas o químicas pueden llegar a ser perjudiciales para las especies si no se toman ciertas precauciones. A continuación, el ingeniero agrónomo recomienda seis alternativas.
Debe calentarse en agua y dejar reposar el líquido que se obtiene del hervor para luego aplicarlo a la planta como riego. También se puede cortar en juliana e incorporar a la tierra haciendo un surco junto a las pareces de la maceta.
Es posible elaborarlo en casa con desechos de frutas, verduras y yerba; pedacitos de cartón, cáscara de huevo, pasto seco y restos de poda. La otra opción es comprarlo en viveros y supermercados en bolsas que se comercializan en dimensiones hogareñas.
Se agregarán dos cucharadas soperas por maceta sobre la superficie para después ir incorporando a la tierra suavemente con un tenedor hasta que quede bien expandido. Se recomienda repetir la práctica cada 45 días.
Se puede recolectar en zonas rurales, clubes hípicos o granjas; o adquirir por Internet. Se aplica igual que en compost, aunque con una frecuencia de 60 días.
Es un polvo hecho a base de huesos de animales muy saludable para las plantas con flor, debido a su aporte de fósforo. Favorece un mayor y más vigoroso despliegue floral y se aplica igual que el compost. No se aconseja usarlo en caso de tener perros, ya que pueden sentirse atraídos por el olor y remover la tierra de las macetas. Se consigue en viveros o por Internet.
Se incorpora cada 45 días a la tierra de la misma manera que el compost. Si es líquido, se utiliza para regar cada 15 días, diluyendo una parte de la solución en cinco porciones de agua. Se consigue en viveros.
Fácil de conseguir en supermercados y almacenes, ya que se utiliza mucho en cocina, se aplica igual que la cáscara de banana; es decir, haciendo un surco donde se incorporarán una o dos cucharadas soperas, que luego se cubrirán con tierra antes de regar. La frecuencia recomendada es cada 45 días.