El plástico desechable se ha convertido en el gran enemigo del medio ambiente. Dada la dificultad para su reciclaje y sobre todo su impacto duradero en el medio ambiente, se están planteando todo tipo de soluciones para minimizar su uso. Por ejemplo, si se trata de hacer botellas de plástico, resulta que las de 2,3 litros son las que menos daño producen.
En un nuevo estudio por parte de investigadores de la Universidad de Carolina del Sur, se ha encontrado la botella de plástico más eficiente de todas. Indican los integrantes del equipo de investigación que cambiando el tamaño del envase para maximizar su capacidad, se puede generar un impacto menor en el entorno ambiental.
Es la cifra clave, las botellas que tengan esta capacidad de almacenamiento de líquidos, son generalmente las que menos plástico consumen en relación a la cantidad de líquido que albergan. Generalmente porque, por supuesto, siempre hay excepciones. La forma de la botella o el grosor de la misma son aspectos que hacen variar la cantidad de plástico por ejemplo.
Relaciones entre la capacidad y el peso de la botella (A), y entre la capacidad de la botella y la eficiencia, Vía Nature.
No obstante, los fabricantes suelen colocar un grosor mínimo como para que la botella resista y proteja el contenido interno. Con respecto a la forma, suelen tener diferentes según la marca, aunque al final eso es lo que menos impacta. El gran problema es encontrar el mínimo plástico requerido para diferentes volúmenes de botella.
Analizando decenas de botellas de diferentes tamaños, marcas y formas en Estados Unidos, los investigadores dieron con la fórmula. Aquellas con la mayor capacidad en relación con el peso del plástico utilizado para hacer la botella, tenían un volumen entre 0,5 litros y 2,9 litros. Concretamente, las de 2,3 litros parecen ser las más eficientes.
Para apoyar la investigación, analizaron la cantidad de residuos PET (el plástico utilizado normalmente para fabricar botellas) del estado de Minnesota. Resulta que en los periodos que menos residuos PET se dieron, la media de volumen de las botellas de bebidas vendidas rondaba los 2,3 litros. Cuando se vendieron más bebidas en botellas más pequeñas, los residuos PET aumentaron.
Esto en realidad no es ninguna sorpresa para muchos ingenieros. Ocurre lo mismo con las latas de refrescos, no en vano casi todas tienen el mismo tamaño y forma. Y es que la clásica forma que vemos en las latas de refresco es la que permite utilizar la mínima cantidad de aluminio para almacenar más líquido.
El estudio, publicado en Nature, sugiere que si se cambia el tamaño de las botellas de plástico el impacto a nivel global podría ser muy significativo. Según estimaciones que hicieron, se podrían ahorrar toneladas de plástico anuales con un cambio de las botellas actuales a las de 2,3 litros.
Diferentes alternativas y soluciones se están proponiendo a lo largo de estos últimos años para reducir el consumo del plástico. Coca-Cola por ejemplo está probando con una botella de papel y biodegradable. Aunque más curioso es el concepto que 2017 vimos de una botella redonda y comestible. Desde un punto de vista más científico, hay enzimas creadas para acelerar el proceso de reciclaje de plásticos PET. Con sus más y sus menos.
En el ámbito legislativo, La Unión Europea busca acabar con los plásticos desechables y China sigue el mismo camino. Mientras tanto, propuestas como la de Ocean Cleanup filtran el agua de los rios para evitar que los plásticos lleguen al océano.
XATAKA