La acelga pertenece a la familia de las Quenopodiáceas, junto con la remolacha o las espinacas, por ejemplo. Su origen es Europeo pero ya está más que extendida por todo el mundo, siempre por las zonas templadas. Es una planta de ciclo bianual y ciclo largo. A continuación, conoceremos un poco más la parte agronómica del cultivo de acelgas.
La acelga es un cultivo resistente. de clima templado, es decir que crece bien con temperaturas medias. La resistencia que la traducimos a que aguanta temperaturas de -5º C, si bien con estas temperaturas no se produce desarrollo y sufren daños, que no llegan a ser permanentes. El rango de crecimiento se sitúa en valores amplios de entre 5 y 30º C.
Aunque es bastante rústica en cuanto a los lugares de crecimiento, prefiere situaciones de semi sombra, en vez de sol directo, sobre todo si éste es cuando las temperaturas son muy altas.
Se adaptan bien a cualquier tipo de suelo, pero prefiere aquellos de tipo arcilloso. Al tener un sistema radicular profundo es favorable tener un suelo profundo y con buen contenido en materia orgánica, aunque de eso hablaremos en el apartado de abonado. El cultivo de acelgas se puede hacer con suelos salinos. De hecho, uno de los problemas de las acelgas a la hora de comer son la cantidad de oxalatos (formación de piedras de riñón) que contienen, aunque sus beneficios superan con creces a sus perjuicios.
Por tanto, al tener contenidos de sales y oxalatos, se suele plantar en suelos alcalinos, con pH superior a 7, aunque nunca más de 8.
Sus exigencias en cuanto a abonado las podemos calificar como medias. Como es un cultivo a largo plazo conviene realizar una aplicación de abono, como compost, cada 40-50 días. Intenta que esté descompuesto, es decir, que pase mínimo 1 o 2 meses desde el desarrollo completo del compost.
Es un cultivo que requiere grandes dosis de humedad, para mantener las hojas frescas. El suelo siempre deberá estar húmedo, ya que la acelga acusa problemas cuando el contenido de agua disminuye y no soporta muy bien las condiciones de sequía.
Haremos el cultivo más duradero si arrancamos las hojas que estén desarrolladas, para comerlas, dejando sitio a la formación de nuevas hojas rebrotadas.
El cultivo requiere bastante humedad, puedes utilizar la técnica del mulching para evitar la evaporación de agua de riego.
Es importante quitar las hierbas que se formen alrededor del cultivo de acelgas, evitando el robo de nutrientes. Puedes utilizar una azada pequeña para ello.
Podemos distinguir entre acelgas de pencas gruesas y color rojizo, y acelgas de pencas blancas y hojas rugosas.
Pencas gruesas y rojizas: Ginebra, Rey de invierno.
Pencas blancas y hojas gruesas: Ruby, Borgoña, Arco iris.
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