La acelga es una hortaliza de germinación rápida, cuyas semillas pueden germinar en un amplio rango de temperaturas, a diferencia de otras plantas que necesitan más calor para que la germinación tenga éxito en un tiempo corto, como es el caso de la berenjena.
No obstante, como ya explicamos en otros artículos en los que tratamos los tiempos de germinación de diferentes hortalizas, la temperatura del suelo es un factor clave que tiene una influencia muy grande en el tiempo que tardan en brotar las plántulas.
En términos generales, podemos afirmar que, si nos aseguramos de que la temperatura del suelo esté cercana a los 20°C en el momento de la siembra y en los días posteriores, cualquier hortaliza que sembremos brotará sin demorarse demasiado.
Para el caso concreto de la acelga, el rango de temperaturas del suelo —en las cuáles se produce germinación— es bastante amplio, abarcando desde los 5°C hasta los 35°C.
La temperatura (del suelo) óptima de germinación para la acelga está entre 18 y 22°C. Como podemos comprobar, se cumple la regla general de los 20°C que adelantamos al principio de este apartado.
A principios de la primavera y a partir de mediados de otoño, la temperatura del suelo puede bajar de los 20°C, especialmente después de periodos de lluvias o tiempo nublado. No obstante, podemos sembrar la acelga igualmente, puesto que nacerá sin problemas, aunque eso sí, tardará unos cuantos días más.
Aunque, sin duda, la temperatura es el factor más importante para una pronta germinación, existen otros que también influyen, como, por ejemplo, la viabilidad de las semillas, la humedad del suelo, la profundidad de siembra o la presencia de plagas y enfermedades.
Sin ánimo de extendernos demasiado, puesto que son cosas bastante obvias, diremos que, si la tierra se seca antes o durante la germinación, el proceso se detiene temporalmente o se aborta. Si las semillas son muy viejas o se han conservado mal, y ya no tienen capacidad para germinar, de ellas no saldrán acelgas por mucho que esperemos. Si las sembramos demasiado profundas o quedan debajo de una costra dura de tierra, las jóvenes plantas tendrán muchas dificultades para emerger o no podrán hacerlo. Y, por último, si sembramos las semillas, pero los animales se las comen o una enfermedad las infecta, tampoco podrán nacer las acelgas.
Y ahora sí, vistos los factores que pueden influir sobre el tiempo de germinación, es hora de que demos detalles acerca del mismo.
Debemos entender la temperatura óptima de germinación como aquella que más favorece y acelera el proceso de germinación. Por tanto, podemos afirmar que, si el suelo se encuentra a esa temperatura, las semillas de acelga germinarán en 7-9 días.
A medida que nos alejemos de esos valores, tanto con temperaturas más frías como más cálidas, el tiempo de germinación se irá alargando. Es muy frecuente en los huertos en los que se ha cultivado acelga y se ha dejado que produzca semillas, que al año siguiente en primavera germinen de forma espontánea en el suelo. No han podido germinar durante los meses fríos del invierno, pero lo hacen en cuanto las temperaturas del suelo se recuperan un poco.
Mundo Huerto