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Bosques patagónicos, aguas cristalinas y playas familiares: la belleza de San Martín de los Andes

A lo largo de la última temporada estival, es destino tuvo una ocupación superior al 95%. Actividades y paseos para contemplar lo mejor de su paisaje

Bosques patagónicos, aguas cristalinas y playas familiares: la belleza de San Martín de los Andes

A lo largo de la última temporada estival, en la Argentina se impusieron los destinos turísticos donde el público tiene la posibilidad de adentrarse en la naturaleza y vivir una experiencia plena al aire libre. En este contexto, San Martín de los Andes creció como nunca antes. Enclavado al pie de la cordillera neuquina, a orillas del lago Lácar y vecino al volcán Lanín, el sitio ofrece paisajes imperdibles y actividades para disfrutar en pareja, amigos o familia.

El reciente verano, la temporada fue mucho mejor de lo que se anticipaba. En el marco de la pandemia de coronavirus, el destino alcanzó un 100% de ocupación durante el fin de semana del Carnaval y picos del 95% a lo largo de diciembre, enero y febrero.

Las playas que rodean el lago Lácar son las grandes protagonistas del lugar. Entre las más vistosas, se destacan las de Catritre, Quila Quina y Lo-Log. A unos treinta kilómetros del centro, en el trayecto de los Siete Lagos, se ubica Villa de Meliquina, sitio inolvidable donde predomina un escenario celeste de aguas cristalinas.

La playa de Catritre se localiza a unos cinco kilómetros del centro, de modo que es posible acceder caminando, mientras se contempla la majestuosa geografía. El área posee espacios delimitados por boyas para darse un chapuzón, lejos de las embarcaciones que pasan cerca de la costa. Asimismo, dispone de dos campings atendidos por la comunidad mapuche Curruihinca.

Por su parte, al paraje Quila Quina (Tres Puntas, en lengua aborigen) se puede llegar en auto por la Ruta 40 o desde el catamarán que sale del muelle. Dentro del Parque Nacional Lanín, la villa es resultado de un loteo residencial llevado adelante en la década del sesenta, a fin de afianzar el territorio argentino que limita con Chile.

Aunque el área es parte del terreno ancestral indígena, en aquel entonces se vendió todala zona baja a familias tradicionales de Buenos Aires, que actualmente poseen grandes caserones frente al lago. Los integrantes de la comunidad Curruihinca, quienes siguen reclamando dichos territorios, habitan en la parte alta. En el último tiempo, acomodaron su vida a la actividad turística.

El sitio cuenta con camping, feria artesanal, proveeduría y un restaurante cerca del muelle. Aparte de disfrutar la playa, los turistas pueden realizar caminatas o cabalgatas y parar en la Cascada Arroyo Grande. El camino se ejecuta a través de un sendero en medio del bosque nativo repleto de ciprés, robles, pinos y maitenes.

Se trata de un circuito de tres kilómetros de largo, que atraviesa toda la villa y desde donde se accede a otro mirador con vista al pueblo, el cerro Colorado y el lago. A mitad de la ruta, se ubica la entrada a la Cascada, administrada por la comunidad Curruihinca. El sendero, con barandas y bancos para descansar, tiene alrededor de 300 metros, en un suave descenso fácil de transitar.

El paraje Villa Lo-Log es ideal para hacer kayak: su lago consta de un espejo de aguas brillantes de color azul intenso, desde donde se ve el cerro Colorado y buena parte de la Bahía Guerrero, ladera reforestada con pinos para extraer madera. Al momento de desarrollar la práctica, se recomienda contratar el servicio de Team Outdoor. La empresa también ofrece salidas por el Lago Machónico, rodeado de bosques de coníferas y fagáceas. 

Otra de las alternativas para admirar el paisaje es el rafting. Las opciones en la zona son tres: por los ríos Hua Hum, Chimehuin y Aluminé. Todos tienen características similares y son perfectos para disfrutar en familia.

El Chimehuin es el más popular, ya que su acceso en auto propio es bastante sencillo. La excursión se realiza en medio día, donde se navegan siete kilómetros. A lo largo del recorrido, es posible visualizar el paisaje típico de la Patagonia, con el volcán Lanín como fondo. Hacia la mitad del trayecto, la actividad se detiene para que el público pueda zambullirse en el agua. Sobre el final, se brinda una merienda con tortas fritas, tés y gaseosas.

Para que nadie tenga miedo de llevar adelante la salida, todos los equipos (cascos, chalecos, trajes de neoprene y remos) son desinfectados. Si bien el uso de barbijo no es obligatorio en la balsa, sí lo es dentro del tranfer. La capacidad fue limitada por el protocolo de COVID-19 a un 60%.

El río Huam Hum es el que ofrece una logística más compleja, debido a que el recorrido implica navegar tres kilómetros en Argentina y otros tres en Chile. Por este motivo, es necesario hacer trámites migratorios, imposible en el contexto de pandemia con las fronteras cerradas. Según los guías, es el paisaje más espectacular de todos, ya que atraviesa el bosque andino patagónico y la selva valdiviana. También cuenta con termas y una playita donde practicar nado de montaña.

 

Datos de interés

- ¿Dónde dormir? Los Suites Chapelco Hotel.

- Actividades y guías turísticos: Destino Andino y Facu Romera.

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