Ya que los residuos plásticos son una de las principales fuentes de contaminación ambiental de la actualidad y que el diseño de huertas urbanas gana posicionamiento en un mundo cada vez más preocupado por el desarrollo de la biodiversidad y el cambio climático, darle una segunda vida útil a esos recipientes que usualmente tiramos y perjudican tanto al ecosistema puede ayudar a marcar un nuevo camino. Estos envases son ideales para producir nuestras propias hortalizas en dos simples pasos.
Para esto, es fundamental asegurarse que las semillas sean altas y grandes a fin de que entren correctamente en las plántulas de nuestra bandeja de plástico. Luego, se deberá llenar el fondo con alrededor de dos tercios de tierra (no de maceta) y proceder al plantado.
La parte inferior de la bandeja tiene que estar agujereada para que el agua escurra fácilmente. Vale mencionar que la tapa cerrada logra mantener la humedad por cierto período de tiempo ayudando a las semillas a germinar. También evita que los dedos entren en contacto con la tierra.
Colocar el envase en algún sitio donde reciba luz solar indirectamente y asegurarse de mantener la humedad. Es importante rotular las bandejas para conocer con exactitud las especies colocadas en cada una.