Es una fruta que hace maravillas con los problemas estomacales y que permite preparar dulces para tener todo el año. Desde 365 Tentaciones te contamos todo.
El membrillo es un fruto otoñal originario de la antigua Persia que, en crudo, tiene un sabor amargo y una carne muy dura. Pero cocinado es una delicia y constituye el dulce más popular de Argentina.
Es tan rico que se usa en todos los productos de panadería, en postres y como dulce. Pero además, esta fruta que prolifera en Mendoza en otoño es excelente para la digestión, para curar problemas estomacales o para quienes estén siguiendo una dieta por alguna afección digestiva.
No solo es recomendable para cualquier persona por sus pocas calorías, sino que es rico en fibras y taninos, sustancias que previenen trastornos gastrointestinales.
Su consumo ayuda a cortar la diarrea, a evitar la deshidratación provocada por vómitos (ya que los mucílagos retienen agua) y a fortalecer los estómagos delicados. Las pectinas y mucílagos también reducen la absorción intestinal del colesterol y potencian la acción depurativa del hígado.
Además tiene provitamina A (necesaria para fortalecer piel, cabello y mucosas), potasio (básico para el correcto funcionamiento de los músculos y las transmisiones nerviosas), calcio (imprescindible para huesos y dientes) y magnesio (importante para el buen funcionamiento de los intestinos).
Es importante recalcar que cuando adquirimos membrillos, debemos comprobar que estén maduros, pero sin que cedan a la presión de los dedos y también que no tengan golpes.
Ingredientes:
Elaboración paso a paso:
Luego solo queda desmoldar
Este dulce luego queda en molde y se puede usar dentro de pastelitos fritos, facturas, pastaflora o simplemente como un postre rico, sano y digestivo.