Sin embargo, las hojas de rábano tienen muchos usos y aportan muchas propiedades beneficiosas para la salud, por lo que es posible incluirlas a la hora de elaborar ciertos tipos de comida. Al adquirir rábanos en el mercado o en una frutería, muchas veces el dependiente nos pregunta si nos corta las hojas, para así llevarnos sólo el tubérculo. Al concluir la lectura de este artículo, ya no volverás a comprar los rábanos sin sus hojas, porque vas a conocer las ventajas de utilizarlas en distintos platos de cocina, y cómo sus propiedades hacen que merezca la pena introducirlas en nuestras recetas.
El rábano es un tubérculo que tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud y sus hojas también son un alimento muy saludable. Sus principales beneficios son:
Las hojas de rábano aportan muchas calorías por lo que son recomendables en dietas para bajar de peso (o para mantener el mismo).
Las hojas de rábano ayudan a la flora intestinal, lo que se traduce en una mejor digestión. Además, son ricas en fibras, por lo que ayudan a combatir el estreñimiento.
Al tener propiedades diuréticas, disminuyen la cantidad de líquido y otras toxinas en el organismo, ayudando a que los riñones actúan.
Las hojas de rábano contienen vitamina A (más que la leche), y son muy indicadas para los diabéticos. También tiene vitamina B3, muy asociada al rejuvenecimiento. Finalmente, contiene Vitamina C en mayor grado que los cítricos (más que la naranja, por ejemplo).
Las hojas de rábano aportan Hierro, Calcio y Potasio, por lo que son ideales para incluir en dietas que necesiten altos índices de estos componentes.
Podemos utilizar las hojas de rábano para realizar distintos platos. Como todos los vegetales, es siempre importante lavarlas antes de proceder a su cocinado. Algunos platos ideales para utilizar hojas de rábano son:
Las hojas de rábano entran dentro de la nueva cocina de aprovechamiento, donde se rescatan productos con grandes propiedades que usualmente son descartados a la hora de elaborar una comida.
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