La producción de alimentos en condiciones de gravedad cero es un paso fundamental para la exploración espacial y esta semana la NASA dio cuenta de un nuevo avance en este terreno. Los astronautas que en este momento habitan la Estación Espacial Internacional (EEI) cosecharon los rábanos que crecieron en un reducto especialmente diseñado para ese fin en el laboratorio orbital ubicado a unos 400 kilómetros de la superficie terrestre.
Según informó la NASA, la cosecha fue envuelta en papel aluminio para ser almacenada en frío y se enviará a la Tierra en 2021 para su estudio. Los rábanos son genéticamente similares a los que crecen en la Tierra.
Si bien es la primera vez que esas plantas crecen en el laboratorio orbital, la agencia espacial de Estados Unidos ya cultivó con éxito otros alimentos en gravedad cero, como trigo y verduras de hoja.
El APH fue instalado en 2017 dentro del módulo japonés y al año siguiente se cosechó en esa cámara cerrada un lote de trigo, además de una especie de berro. Aquel dispositivo tiene focos LED que imitan la luz solar y cuenta con más de 180 sensores que ofrecen información en tiempo real como temperatura, niveles de humedad y oxígeno, entre otros datos que estudian desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida.
“Los rábanos son un tipo de cultivo diferente en comparación con las verduras de hoja que los astronautas cultivaron anteriormente en la EEI, o el trigo enano, que fue el primer cultivo en la APH”, explicó Nicole Dufour, gerente del programa de la NASA. “La variedad de cultivos nos ayuda a determinar qué plantas prosperan en microgravedad, ofreciendo variedad y el mejor equilibrio nutricional para los astronautas en misiones de larga duración”.
Con planes para explorar la Luna y algún día Marte, la NASA está adquiriendo una mejor comprensión de cómo cultivar productos frescos en el espacio para la tripulación en misiones de larga duración.
Además del APH, otros sistemas de crecimiento de plantas en el laboratorio orbital consiguieron producir en aquel escenario diferentes variedades de lechuga y coles.
Desde la primera residencia humana establecida en la EEI hace dos décadas, todos los astronautas dependieron en gran medida de los alimentos envasados que se lanzan regularmente desde la Tierra. Sin embargo, dado que la dieta empaquetada pierde gradualmente vitaminas y valor nutricional con el tiempo, no se adapta a futuras misiones espaciales que prevén viajar mucho más lejos.
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