El cultivo de batata se adapta a pequeñas superficies y tiene una serie de ventajas que lo convierten en una interesante alternativa para pequeñas y medianas empresas, además de ser ideal para la agricultura familiar.
Puede cultivarse con éxito económico en pequeña y mediana escala, adaptándose muy bien a condiciones marginales de suelo y clima tropical, subtropical y templado, siendo un cultivo “amistoso” para el medio ambiente, adecuándose muy bien a sistemas orgánicos o de bajos insumos.
La batata se produce en provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y San Juan, y regiones como NEA y NOA, concentrando la región pampeana el mayor volumen de producción.
Dentro de la región pampeana, el partido de San Pedro, en el norte bonaerense, al contar con muy buenas características agroecológicas, es la principal zona productora de la provincia para el cultivo de batata, y la segunda a nivel nacional.
Se trata de uno de los cultivos más antiguos de la zona, ya que se produce desde principios del siglo XX, cuando se destinaba al autoconsumo familiar.
Con el correr de los años, se comenzó a comercializar con éxito en el Mercado de Buenos Aires donde se enviaba a través del ferrocarril, siendo San Pedro el único oferente, incentivando el consumo en la ciudad de Buenos Aires y el crecimiento de productores y hectáreas implantadas.
La producción se destina al abastecimiento del mercado interno, la industria de dulces y derivados, y exportaciones a países limítrofes.
Las variedades más implantadas en San Pedro son Arapey, originada en el INIA de Uruguay (conocida vulgarmente en la zona como “uruguayito”) y Morada INTA, creada hace muchos años por INTA San Pedro, ambas de piel morada y pulpa amarilla, que mantienen su vigencia por rendimiento, sabor y conservación apiladas a campo. La cosecha de batata comienza a mediados de enero y se extiende hasta mayo en esta zona.
Además, en San Pedro existen muchos lavaderos o plantas de acondicionamiento de batata, que brindan servicio a productores locales y de otras zonas del país. En estos establecimientos el producto es lavado, clasificado y embolsado, listo para su envío a destino.
De esta manera, el cultivo de batata resulta ser muy importante para el distrito sampedrino por su volumen de producción y la demanda de mano de obra que genera su recolección, lavado y empaque.
“En esta campaña se implantaron 2.000 hectáreas de batata, a través de 51 productores y 26 plantas de acondicionamiento, y actualmente estamos en la etapa de finalización de una cosecha que este año comenzó en abril”, informó el ingeniero agrónomo Adolfo Heguiabeheri, agente de proyecto del Programa Cambio Rural del INTA San Pedro.
“La sequía presente durante todo el verano en la zona, provocó la disminución del rendimiento y la calidad de la batata, ya que mucho material no se formó bien”, lamentó.
De todas maneras, el entrevistado, destacó que “algunos lotes puntuales se vieron beneficiados por esporádicas lluvias muy localizadas, logrando mejores resultados”.
En consecuencia, indicó que “los rendimientos fueron entre medios y bajos, lográndose en el mejor de los casos alrededor de 22.000 a 23.000 kilos por hectárea, sin descontarle la tierra que suma unos 10.000 kilos”.
Asimismo, el técnico del INTA San Pedro, apuntó que “la cosecha se aceleró durante las primeras semanas de mayo, debido a la presencia de dos heladas, para evitar así el deterioro de calidad de la batata”.
El ABC Rural