Su nombre proviene del árabe “laimún”. El fruto proviene del Sudeste Asiático, donde se cultiva desde hace más de 2.500 años. El limonero llega a América con la Conquista Española.
Se trata de un fruto no climatérico, es decir, que debe cosecharse maduro. Generalmente, el limón pesado y de piel fina es el más jugoso. Este cítrico contiene vitamina C y potasio, tiene poder antibacteriano y capacidad antioxidante. Con agua también sirve para aclarar el pelo.
El jugo ácido de limón es ideal en una limonada o vinagreta. También ayuda a evitar la oxidación en otros alimentos como en la pulpa de palta y en una manzana, entre otras.
La parte amarilla de la piel transmite un inigualable aroma y sabor a limón en una galletita, budín o caramelo.
La Argentina es el cuarto productor de limones del mundo, detrás de México, India y China. La mayor parte de la producción limonera nacional se concentra en la provincia de Tucumán.