Nuestro país es líder y referente mundial en tecnología de aplicación de fitosanitarios, mejorando mucho la eficiencia, debido a que la mayor parte de la agricultura se realiza en campos alquilados, con menores Márgenes, afirmó el ingeniero agrónomo Esteban Frola, especialista en tecnologías de aplicación de productos fitosanitarios.
“Pero como en toda especialidad del ámbito productivo, siempre hay para hacer y mejorar, sobre todo en cultivos intensivos”, consideró. Para mejorar y eficientizar los tratamientos, sostiene que hoy es fundamental medir en todo momento variables como tamaño y cantidad de gotas, y condiciones ambientales, siendo clave trabajar en la capacitación de técnicos y operarios, y mejorar programas de estudios.
“Hoy la presión de la sociedad es cada vez mayor para que realicemos mejor las cosas en el manejo productivo, utilizándose cada vez menor cantidad de productos fitosanitarios”, indicó Frola. “Hay que ser eficientes y aplicar con el menor gasto de combustible y agua posible, a través de la menor cantidad de aplicaciones y tamaño de gotas posibles”, destacó.
Por eso, el entrevistado, señaló que “tenemos que seguir avanzando en la eficiencia de aplicación, que hoy nos reclama el productor y la sociedad, y donde aún queda mucho por avanzar, como herramienta central para la producción de alimentos en cantidad y calidad, y en eso seguimos trabajando”.
Para el especialista un error típico en tecnología de aplicación es que se quieren mejorar los resultados aumentado el caudal de agua. “La cosa no pasa por ahí, ni tampoco por disminuir el caudal de agua, si no por manejar los tamaños de gotas que uno necesita para cada aplicación”, afirmó.
“Por eso hay que medir bien las aplicaciones, utilizando tarjetas hidrosensibles para darse cuenta de lo que uno está haciendo, y regular las máquinas de la mejor manera posible”, apuntó Frola.
De todas maneras, las mayores ineficiencias por aplicaciones de caudales de agua muy altos, las observó en la producción frutihortícola. “Hay muchísimo escurrimiento en los cultivos, denominado endoderiva, ya que por exceso de caudal el producto en vez de quedar en la planta termina en el suelo”, explicó.
Continuando con las producciones extensivas, dijo el entrevistado que en aplicaciones aéreas “en Argentina tenemos toda tecnología americana que aplican muy bien, utilizándose entre 5 a 12 litros por hectárea”.
En ese sentido, informó que “volando a unos 230 kilómetros por hora a cuatro metros de altura, y cuando son aplicaciones difíciles como las de fungicidas e insecticidas, estamos haciendo gotas de 150 a 160 micrones, haciendo bien la franja, en el horario correspondiente, con un buen coadyuvante para bajar la tensión superficial y proteger la evaporación de la gota”.
El especialista señaló que lo mismo que hace el avión, se puede realizar con una máquina terrestre con 40 a 50 litros, y una gota de 200 micrones, sin necesidad de aplicar 100 litros.
“Porque las gotas que más se estresan son justamente las del avión, debido a la mayor altura y velocidad a la que salen durante la aplicación, y el menor tamaño respecto al terrestre”, explicó.
En definitiva, Frola remarcó que “las gotas chicas son las que penetran bien los cultivos, aunque hay gente que sigue diciendo que las gotas grandes son las que lo hacen, pero nunca te muestran ni escanean las tarjetas hidrosensibles para observar los impactos”.
En el caso de los barbechos en rastrojos de soja, donde hay muy poca cobertura y las malezas están casi todas visibles, informó que “la aplicación es más sencilla con tamaño de gota entre 250 y 300 micrones”.
Pero cuando hay rastrojos de maíz, con malezas difíciles escondidas como rama negra, el especialista, remarcó que “las aplicaciones son mucho más difíciles y deben ser más eficientes, con gotas de 200 micrones, con los mejores productos coadyuvantes para proteger la gota, y en adecuados horarios para evitar viento y temperatura no deseada”.
-¿Cómo observa las aplicaciones con drones?
-Aplicar fitosanitarios en cultivos extensivos con drones no es fácil ni eficiente, porque tienen poca capacidad de carga y autonomía, perdiendo rentabilidad. Además, en tecnología de aplicación hay que trabajar con los tamaños de gotas, picos y antievaporantes adecuados.
-¿Qué aspectos considera importantes para seguir mejorando las aplicaciones?
-Hay una parte cultural que hay que “vencer”, trabajar en equipo en la capacitación de los aplicadores, revisación técnica periódica de la maquinaria, y otra muy importante es la enseñanza en las Facultades de agronomía y la actualización de los planes de estudios en tecnologías de aplicación.
En ese sentido, Frola, ejemplificó que desde 2008 con Oscar Dichara comenzaron a trabajar con la Cátedra de Maquinaria de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), Córdoba.
“Todos los años vienen los alumnos a la Estancia La Unión, en la zona de Venado Tuerto, Santa Fe, para participar de una jornada teórico-práctica sobre tecnología de aplicación terrestre y aérea”, informó.
Asimismo, el entrevistado, destacó que estuvo trabajando con la Facultad de Agronomía de Zavalla, de la Universidad Nacional de Rosario “y sé que la Universidad Católica de Córdoba actualizó mucho su programa de estudios en tecnologías de aplicación”, señaló Frola.
El ABC Rural