Fabricantes 'plant based' han remitido una carta conjunta a la Comisión Europea y a los Estados miembros, instándoles a que se opongan a la enmienda 171, aprobada el pasado 23 de octubre de 2020 en el Parlamento Europeo que, según la asociación ProVeg, "pretende ampliar las restricciones existentes en torno a la comercialización de productos vegetales, incluyendo la prohibición de frases como 'no contiene leche', 'cremoso' o cualquier tipo de 'evocación' a los lácteos de origen animal". Esta entidad asegura que se trata de una norma "que impediría a los consumidores obtener los datos necesarios para realizar una compra informada".
Un total de 94 organizaciones, entre las que se encuentran ProVeg Internacional y compañías como Alpro, Unilever, Ikea, Oatly y Upfield, firman esta carta conjunta que se ha remitido en nombre de la Alianza Europea por los Alimentos Vegetales (EAFP, en sus siglas en inglés).
En la misiva se pide que rechacen las restricciones sobre las alternativas vegetales a los lácteos "ya que dificultaría a los consumidores la toma de decisiones alimentarias informadas en función de sus necesidades y que, además, serían contrarias al compromiso de la UE de promover dietas más basadas en plantas como parte de su estrategia de sostenibilidad alimentaria", señala ProVeg.
A su vez, esta entidad ha lanzado una petición, con la colaboración de Upfield y Oatly, contra la citada enmienda, que hasta ahora ha recogido más de 360.000 firmas pidiendo directamente a la Comisión Europea que rechace la enmienda 171.
El principal argumento para la defensa de la enmienda 171 es que las alternativas vegetales confunden a los consumidores. "Sin embargo, el estudio Percepción de la nomenclatura de los alimentos de origen vegetal, llevado a cabo entre más de 3.000 españoles, demuestra que los consumidores saben diferenciar un producto vegetal de uno animal", argumenta ProVeg.
Asimismo, recuerda que la Confederación de Usuarios y Consumidores (CECU) también se posiciona en contra de la enmienda 171: "Las políticas sobre alimentación deben basarse en la formación de los consumidores y en la información clara del etiquetado, para que estos puedan decidir libremente", apunta Ana Etchenique Calvo, vicepresidenta de CECU. "Los productos vegetales son ya una realidad, no debemos imponer restricciones que dificulten su consumo", añade.
El Parlamento, la Comisión y el Consejo Europeo tienen previsto debatir a finales de marzo esta prohibición que afecta al uso de frases como "alternativa al yogur", "adecuado para personas con intolerancia a la lactosa", o palabras como "mantecoso", en las descripciones de los productos alternativos a los lácteos hechos a base de plantas.
ProVeg sostiene que esa prohibición "afectaría de manera negativa a los productores y distribuidores de alternativas vegetales, ya que verían limitada la información que pueden ofrecer en los envases y la publicidad de las alternativas vegetales a los lácteos". Además, considera que esta norma "también dificultaría que se mostrara información dietética y de salud necesaria para la toma de decisiones de compra por parte de los consumidores". "Incluso podría significar la prohibición de formatos de envasado reconocidos, representaciones de productos e información sobre beneficios ambientales comparativos del tipo 'la mitad de las emisiones de carbono de la mantequilla'", añade.
Este sector argumenta que el uso de términos lácteos ya está regulado en la normativa comunitaria, "lo que hace que las nuevas medidas adicionales no solo sean innecesarias sino excesivas y contraproducentes", según sostiene la EAFP.
A este respecto, afirma que, dentro de la propia industria láctea tradicional, "tampoco se ve con buenos ojos" la puesta en marcha de restricciones "tan severas": "La enmienda 171 no es necesaria. Lo que tenemos actualmente es suficiente y funciona bien", asegura el CEO de la mayor cooperativa láctea austriaca, Berglandmilch.
"Si se termina adoptando la enmienda 171, que es un claro intento de censura hacia el sector plant-based, no solo se restringiría el derecho los consumidoras a saber qué están comprando, sino que Europa estaría situándose directamente en contra de la sostenibilidad y de su propio Pacto Verde", sostiene Cristina Rodrigo, directora de Proveg España.
En suma, en la carta, las 94 organizaciones firmantes piden a la Comisión Europea y a los Estados miembros que se opongan a la enmienda 171 por las siguientes razones:
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