Alejandro Lamacchia: “Somos una fuente de ingresos muy importante para el mercado interno y el país”

Por Agroempresario.com

El presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Productores Porcinos de la Provincia de Buenos Aires (APROPORBA), Alejandro Lamacchia, participó de una entrevista con Agroempresario.com, en la que nos contó cuál es la realidad actual del sector y cómo puede apuntalar su crecimiento a partir de políticas públicas que contemplen el desarrollo de inversiones.

“Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y San Luis lideran la producción en la Argentina. Nosotros somos una de las provincias más importantes. En este momento, faenamos el 60% de la producción total y producimos cerca del 35% de los cerdos nacionales. El rol de Buenos Aires dentro del país es sumamente importante”, destacó al iniciar la charla.

Sobre los índices de consumo, señaló que actualmente la Argentina está experimentando un “cambio cultural”, donde de a poco, la carne porcina se va incorporando a la mesa familiar.

“Actualmente, el valor de la carne vacuna es prácticamente el doble, razón por la cual, en los últimos años se experimentó un gran incremento en el consumo de cortes porcinos. Hoy, la carne de cerdo ya no es complementaria, sino que representa una alternativa a la altura del pollo”, sostuvo.

En cuanto a los niveles de exportación e importación, alegó que los primeros se incrementaron en un 70% en los últimos tiempos, mientras que los segundos se redujeron casi en un 30%. Al respecto, indicó que hace un par de años se creó un consorcio, es decir un fideicomiso formado por varias empresas, donde se empezó a explorar la idea de vender cortes al exterior.

“Hoy en día, hay 12 o 13 mercados en el mundo con los cuales negociamos y otros 10-15 en carpeta que podrían abrirse. Nuestro mayor comprador es China. Si bien nosotros exportamos el 0,3-0,5% de la producción mundial, el hecho de tener condiciones sanitarias sobresalientes y disponer de la tierra para sembrar el alimento es clave”, expresó Lamacchia.

Sobre este punto, hizo particular hincapié en que la Argentina tiene la posibilidad de instalar granjas y sembrar su propio alimento. “Ese maíz que uno cosecha se lo da al animal y está duplicando el valor del cereal transformándolo en carne”, agregó.

Dentro de las posibilidades de desarrollo del país, distinguió la apuesta a la inversión. “El consumo de carne porcina se ubica en 16-18 kilos por habitante al año, esto quiere decir que el sector tiene una oportunidad única de crecimiento. Las chances de inversión son muy buenas. Nosotros tenemos un estado sanitario sobresaliente y tierras apropiadas para impulsar este tipo de producción”, manifestó.

Lamacchia comentó que en la Argentina hay distintas categorías de productores: pequeños, medianos y grandes. Estos últimos no suelen sufrir demasiado los vaivenes de la economía; en cambio, los primeros dos definen su producción en base al valor de los cereales, teniendo en cuenta que alrededor del 70% del costo porcino equivale a alimentos.

Para hallar una solución, el presidente de APROPORBA planteó que es necesario montar determinadas políticas de estado y establecer objetivos a mediano y largo plazo que nos permitan salir de la coyuntura. “Este es un sector que puede crecer mucho si es apoyado. El mundo come carne de cerdo. Somos una fuente de ingresos para el mercado interno y el país en dólares muy importante”, remarcó.

En este punto, advirtió que hoy en día las provincias se han ido desarrollando, constituyendo cámaras de empresarios asociadas al sector. En territorio bonaerense, particularmente, se armó la Asociación de Productores Porcinos de Buenos Aires, que posee una alianza estratégica con la Federación Económica provincial (FEBA). De esta manera, todos los problemas a canalizar se hacen por medio de dicha entidad, que a su vez cuenta con un acuerdo con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

“Cuando tenemos un problema en la provincia, recurrimos a través de FEBA a las autoridades municipales; si supera el ámbito, solicitamos la asistencia de CAME, que nos brinda el camino para hallar la solución”, aclaró. Vale remarcar que en estos momentos, el entrevistado se desempeña como director de FEBA e integra la Junta Ejecutiva de Economías Regionales de CAME.

Según Lamacchia, es muy importante seguir estimulando el potencial del sector a partir de un plan a futuro que facilite las inversiones. En este sentido, se tendrían que delinear políticas nacionales que fomenten la colaboración con productores a través de líneas de créditos blandas para que puedan invertir y tengan un tiempo de espera suficiente frente a la primera cuota de pagos.

“Cuando el productor tiene esas posibilidades, se anima a pedir créditos, pero tienen que ser accesibles. La semana pasada, la provincia sacó un Plan Bonaerense de Desarrollo Rural, que realiza con 11 organismos y ministerios. Allí, hay un montón de pautas que pueden ser muy interesantes para el sector, donde se apunta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Todo eso que tenemos que incorporar al campo: hay que dejar de producir como hacíamos hace miles de años y aprovechar la tecnología en beneficio de la producción”, alegó.

Consultado sobre los índices de exportación y el cepo a las ventas de cortes vacunos, Lamacchia afirmó que hoy en día, la Argentina se autoabastece. “Hay aproximadamente 12 empresas medianas o grandes que exportan. La actividad no es muy grande, aunque sí tiene sus beneficios. Nuestra capacidad de producción, fundamentalmente, va al mercado interno. Sin embargo, cuando uno tiene la posibilidad de exportar, es probable que esté sujeto a retenciones, bloqueos e impuestos que son muy negativos para el desarrollo”, informó.

En palabras del presidente de APROPORBA, llevar adelante una actividad privada en el país es muy complicado, debido a que existen prácticamente 173 impuestos nacionales, provinciales y municipales. Además, en ningún momento se realizan donaciones cuando alguien necesita.

“La relación público-privada es difícil. Debemos lograr un Estado que sea amigable con el privado, para que este último pueda desarrollarse. Hay que ser conscientes de que la actividad estatal se sostiene de la privada. Tenemos que tratar de educar a los funcionarios para que entiendan que el productor no tiene que temerle al Estado. Este debe funcionar como un aliado que facilite el escenario para montar las estrategias necesarias para establecer una empresa”, recalcó.

Pese al escenario de pandemia, el sector porcino pudo seguir trabajando al ser considerado “esencial”; sin embargo, no se brindaron líneas de crédito para potenciar su crecimiento. Por este motivo, se ideó un Plan Económico 2030, pensando en las ventajas que se podrían generar en relación al rubro de acá a diez años.

“Lo que nosotros analizamos es que trabajando de forma ordenada, la producción porcina puede aumentar un 11%, el consumo interno un 7% y las exportaciones un 30%. El consumo actual asciende a 16 kilos por persona al año. Creemos que con un plan de inversión, los niveles pueden llegar a 30 kilos, con lo cual, el potencial es muy grande. Asimismo, podríamos generar 100 mil puestos de trabajo. Para un Estado inteligente, el sector es un factor de éxito y desarrollo. Vamos a ver cómo procede”, ratificó.

Sobre los puntos a trabajar, describió el IVA inversión y la reforma laboral y fiscal. “Queremos aumentar la producción, las exportaciones y el consumo, y seguir creando fuentes de trabajo. Todo esto va a ir de la mano de las posibilidades económicas del país. Tenemos esperanzas de poder apuntalar el sector de manera ordenada. Hoy en día, los productores están tratando de lograr un aumento de madres. El potencial de crecimiento es enorme”, concluyó Lamacchia.