El 1 de agosto se celebra el Día de la Pachamama, la festividad más importante de los pueblos originarios de Latinoamérica. La “pacha” hace referencia a una deidad femenina que produce, engendra y propicia fertilidad en los campos. La celebración se extiende durante todo el mes, realizando una serie de ofrendas y rituales para conmemorar la naturaleza protectora y fecundada de la tierra.
A lo largo de la ceremonia, que usualmente encabezan las personas con más experiencia de las comunidades, los presentes suelen tomarse de la mano para expresar el espíritu de hermandad que reina el momento. Luego, entierran en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida, coca, yicta, alcohol, vino, cigarros y chicha.
El ritual es llevado adelante por diferentes pueblos quechuas, aimaras y mapuches de la Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, quienes en el trascurso de la festividad suelen tomar caña con ruda. Según dicen, esta bebida prolonga la vida, espanta la mala sangre, promueve la alegría y despoja a la gente de malos augurios.
Se trata de una mezcla de caña blanca paraguaya o ginebra con hojas de ruda, una hierba calificada como medicinal por sus beneficios en los aparatos digestivo y circulatorio.