El Estado se quedó con casi el 57% de lo que generó una hectárea de soja en la última campaña

De acuerdo a un relevamiento realizado por el productor y exvicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Néstor Roulet, el Estado se quedó con casi el 57% de lo que generó una hectárea de soja de Buenos Aires a lo largo de la campaña agrícola que acaba de finalizar.

Esto quiere decir que de los US$1.791,9 por hectárea que produce un establecimiento en territorio bonaerense a 300 kilómetros de los puertos rosarinos de exportación, el Estado se llevó por retenciones y otros tributos US$1.020,23 por hectárea. Del otro lado, el productor -descontado impuestos y costos- se quedó con solo US$131,89 por hectárea (7,36%).

Según los cálculos de Roulet, US$591,32 correspondieron al tributo por retenciones. Actualmente la soja paga un 33% de derechos de exportación en el grano; mientras que US$428,91 fueron para Ganancias, Impuesto al Cheque y Bienes Personales; además de tasas e impuestos inmobiliarios a nivel provincial.

Mientras que el Estado en casi todos sus niveles se quedó con casi el 57% de lo que generó una hectárea de soja, el productor tuvo un resultado de US$131,89 por el mismo lote. Se trata de un 7,36% sobre lo que produce la hectárea de la oleaginosa producida.

Aparte del costo impositivo de los tributos, el productor debió afrontar la producción. Esto incluyó desde labores a insumos a cuenta cerca de US$535,03 por hectárea. A la cifra hay que sumarle los US$80 por hectárea de infraestructura.

“En la Argentina, hablar de ganancias extraordinarias teniendo como referencia el margen bruto de un cultivo es realmente de ignorante. Ganancia extraordinaria es la que obtiene el Estado. Cuando el productor invierte y arriesga alrededor de US$1.000, el Poder se queda con la mayor parte de los ingresos en dólares que originan una hectárea de maíz o soja”, señaló el exsecretario de Valor durante el Gobierno de Mauricio Macri.

En la producción en campo alquilado, de lo generado por una hectárea de soja, US$171,68 fueron para el Estado. En tanto, el productor se quedó con US$121,44 por hectárea, tras invertir alrededor de US$933 entre costos de producción y alquiler.