Juan Santillán, vicepresidente de Lanusse, Santillán y Cía y presidente de la Cámara Argentina de Consignatarios de Ganado, se refirió en una entrevista e
exclusiva para Agroempresario.com al balance del sector agropecuario luego de más de 80 días de cierre parcial de las exportaciones de carne.
Según Lanusse, el que más sufrió las consecuencias en la cadena fue el criador porque pasó de vender su vaca a descarte en $/kg 110/120 a venderla en $/kg 60/70 sufriendo una baja del 60% en algunos casos.
Con la apertura parcial y con las promesas de aperturas, se fue reacomodando lentamente el valor y, si bien no llega a los valores de antes del cierre de exportaciones, se fue acercando a esos valores. De todas, formas con una inflación de por medio todo ese incremento fue absorbido.
Cuando se refirió al valor de la hacienda en pie de consumo definido, nos contó que las categorías de novillito y novillos también han sufrido una baja importante desde el cierre ya que, previo a eso “un productor podía vender un ternero en $/kg 225 el kilo y un novillo en $/kg 210; pero hoy ese novillito no vale más de 205 y el novillo de consumo ronda los $/kg 190”. Hubo una baja del 20% que quitó el horizonte y rentabilidad al productor invernador que muchas veces compró un ternero al destete especulando y proyectando que iba a vender en un valor superior. El invernador y feedlotero trabajó esta parte del año a pérdida”.
Con respecto del precio al consumidor, “si uno recorre las carnicerías, el precio de mostrador puede haber bajado en casos puntuales un 3% como máximo contra un 30/40% que bajó la hacienda en pie. Fue perjudicial para todos, sobre todo para el criador”, sostuvo Santillán.
Al opinar sobre el futuro fue contundente: “Lamentablemente las perspectivas siguen siendo malas porque el Gobierno no da ninguna señal de apertura de mercado para normalizarlo y que vuelva a acomodarse en función de la oferta y la demanda, sabiendo que la exportación es una entrada muy importante de divisas".