Para inicio al panel, Florencia Accame (Sistema Chacras Aapresid) explicó que la Red de Estudio de Sistemas (RedES) es un espacio de trabajo colaborativo entre Aapresid, AACREA (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria) , INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y la FAUBA (Facultad de Agronomía de la UBA) cuyo eje y motor es alcanzar la sustentabilidad de manera colectiva, generar conocimiento, comunicarlo y difundirlo. Seguidamente, dio lugar a los representantes de las cuatro instituciones para que compartan su visión.
El Directivo de Aapresid Marcelo Arriola, comentó que el Sistemas Chacras se gestó para dar respuesta a las problemáticas que enfrentan los productores contemplando los ejes de la sustentabilidad: económico, social y ambiental. Frente a ese desafío, consideraron que no era fácil llevarlo adelante solos y hace tres años plantearon la propuesta a AACREA para trabajar juntos. Compartiendo la misma visión de trabajo en red, sentían la necesidad de sumar al INTA, un “socio” indispensable para construir un cambio y luego invitaron a la FAUBA. Arriola manifestó que las puertas están abiertas para sumar más actores “Necesitamos modelos exitosos, sumar más protagonistas que son los productores de todas las regiones del país, particularmente las más zonas comprometidas. Argentina es pionera en siembra directa, no solo debemos preocuparnos del ambiente, sino ocuparnos”, concluyó.
Seguidamente, Gustavo Martini (coordinador del área de Agricultura de CREA) dijo “Estamos muy entusiasmados de formar parte de un proyecto interinstitucional en un tema tan relevante. La búsqueda de la sustentabilidad fue motor de la formación de los grupos CREA y eso no ha cambiado. Con el correr de los años el foco de los proyectos han ido cambiando en función de los temas agrícolas, los modelos productivos bajo siembra directa, el uso de la biotecnología, los agroquímicos y fertilizantes han permitido aumentar los rendimientos y cuando las tecnologías avanzaron se vieron los problemas de las externalidades que generan. Surgieron necesidades vinculadas al ambiente. Con los indicadores ya no se mira la erosión, sino la contaminación de cursos de agua, la pérdida de biodiversidad, los gases de efecto invernadero. La óptica cambió y hoy se ve el sistema y no solo un solo cultivo”.
Representado al INTA, Alfredo Cirilo (EEA INTA Pergamino) aseguró que el foco del Instituto está puesto en la sostenibilidad, siendo prioritario e incluido en el plan estratégico. La mirada a futuro no apunta a la producción de fibra y alimentos, sino brindar servicios agrosistémicos y desacoplarlas del impacto ambiental. Reforzando esa iidea, destacó la importancia de tener una mirada integral y holística, dónde lo gubernamental y no gubernamental pueden sentarse a trabajar de manera gradual con un objetivo común. “Trabajar las 4 Instituciones juntas es innovador”, señaló. Explicó que RedEs es un espacio colectivo, colaborativo de diálogo y consenso, que intenta conocer cuáles son las brechas de los principales indicadores de sostenibilidad en distintas regiones del país, para determinar y conocer esas limitantes y achicarlas.
Para tener la visión de los productores, Facundo Lagos (CREA Carnerillo, centro oeste de Córdoba) planteó que no se puede mejorar lo que no se mide y con ese concepto implementaron el programa de Buenas Prácticas Agrícolas y certificación de Aapresid. Destacó la importancia del cuidado de los recursos pensando en las generaciones futuras. Es por ello, que en su explotación apuntan a tener el campo verde todo el año intercalando cultivos de servicio y de cosecha para mantener la microbiología del suelo activa, mejorando la fertilidad y el control de malezas, aplican fitosanitarios lo justo y necesario y de menor impacto. Cambiando el foco, planteó el desafío de establecer un mejor vínculo con la sociedad, empatizar, escuchar y mejorar la comunicación hacia afuera y hacia adentro.
En una zona agoecológica totalmente distinta a la anterior, entre Chaco y Santiago del estero, Juan Carlos Cottella (Miembro de la Chacra Sachayoj de Aapresid) contó el esquema de rotaciones y la inclusión de moha entre cultivos de cosecha para mejorar los rendimientos, la eficiencia en el uso del agua, la materia orgánica y recuperar la fertilidad de los suelos. “La agricultura de los últimos años les ha permitido hacer mejor las cosas, aportar conocimiento y mejora el entorno donde desarrolla la actividad”, reflexionó.
Para cerrar este bloque, y presentar los avances del proyecto, Diego Ferraro (Coordinador técnico de FAUBA) planteó que desde RedES intentan responder a preguntas que surgen de ámbito agropecuario y que están relacionadas tanto del ámbito productivo como socio-territorial. Entendiendo a la sostenibilidad productiva como una prioridad de los sistemas agrícolas que les permite mejorar su desempeño, vía mejora de la productividad, mientras se mantienen o mejorar los aspectos ambientales. Por otro lado, la sostenibilidad social es aquella que se relaciona a las prácticas de los productores o las empresas en relación a aspectos sociales tanto en su escala de producción como respecto a las comunidades que los contienen. La primera actividad que plantearon fue una encuesta nacional realizada en 2020, para conocer las prácticas más frecuentes, tanto en el aspecto productivo como el socio territorial. Si bien hubo una gran heterogeneidad de respuestas, analizaron que, de 10 preguntas sobre sostenibilidad productiva, 7 estaban en el camino correcto, y en lo social los datos fueron más diversos. Eso deja varios interrogantes que van a trabajar en una nueva encuesta que se lanzará este año e invitó a todos.
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