El Teff, más conocido como el “superalimento” más pequeño del mundo llegó a la Pampa Húmeda. De la mano de los productores de agroalimentos, Carina Margaría y David Kiesewetter, la llegada de esta pequeña y nutritiva semilla a Lincoln se convirtió en un caso de éxito para la producción de alimentos sustentables.
El Teff, uno de los cereales de moda en el mundo, cuenta con numerosas propiedades benéficas para la salud, rico en fibra, calcio, hierro, proteína y está exento de gluten entre otras. No obstante, su complejidad reside en la cosecha, ya que se trata nada más y nada menos que de la semilla más chica del mundo con 3.000 semillas por gramo.
Procedente de Etiopía, su llegada a la Argentina requirió viajar a Estados Unidos con autorización del Senasa para su importación luego de que Margaría y Kiesewetter decidieran cambiar el esquema productivo de “La Cecilia”, el establecimiento productivo de 40 hectáreas que le brindó un buen recibimiento a este antiguo superalimento.
Los productores iniciaron un proceso de adaptación del Teff a la zona y cuentan con el asesoramiento del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías de Industrialización de Cereales y Oleaginosas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) 9 de Julio en procesos de calidad y selección de las semillas del cereal. La idea es agregarle valor y poder ofrecerlo en el mercado local en formato de harina.
Si bien desde el Instituto acompañan esta iniciativa, los técnicos aseguran que, como todo nuevo cultivo, el desarrollo de la producción y consumo del Teff en el país requerirá de un trabajo integral en su cadena de valor, definiendo las tecnologías aducuadas para el procesamiento y la aplicación de la harina en productos panificados.