La necesidad de alimentos más sostenibles por parte de la sociedad y la reducción del impacto ambiental en las producciones agropecuarias representan uno de los mayores desafíos para el sector. En este escenario, los productos biológicos toman cada vez más protagonismo. Compartimos los detalles de una tendencia que llegó para quedarse.
El uso de las “biosoluciones” o bioinsumos como bioestimulantes, biofertilizantes y biocontroladores en diversos cultivos constituyen un mercado en franco crecimiento a nivel global. En esta línea, DunhamTrimmer LLC, la principal empresa de investigación de insumos biológicos a nivel mundial, asegura que el mercado global de biocontrol y bioestimulantes podría alcanzar los US$10.000 millones en 2025.
Según el reporte de la compañía, Latinoamérica es el mercado de menor aplicación de bioinsumos pero es el que actualmente crece a tasas más aceleradas. En este escenario, la agricultura extensiva en Argentina comienza a transitar un proceso de incorporación de biosoluciones siendo el maní uno de los cultivos más beneficiados con mejores rendimientos, calidad y estabilidad en la producción.