Por Brenda Lucente
Doma India Scarpati es un método de amanse y doma de caballos, donde la familia Scarpati promueve un estilo de vida que permite descubrir los alcances que se originan en el ser a través de la reflexión, la deducción y la interacción con equinos. Se trata de una propuesta atractiva para personas de todas las edades, donde el amor, la compresión, la felicidad y la armonía se dan de forma natural, atrayendo un sinfín de emociones positivas.
Cristóbal Scarpati participó de una entrevista con Agroempresario.com, donde nos contó acerca de los próximos cursos que se desarrollarán en el campo que la familia tiene en San Luis, en el marco de una charla en la relató cómo se convirtió en amansador y detalló en qué consiste el método propuesto por la “tribu”.
“Doma India Scarpati no nació como un proyecto. Se fue dando todo naturalmente. Mi papá es un hombre bastante particular. Fue el responsable de promover un cambio cultural hacia el trato con los caballos en la Argentina. Una vez que trascendió su manera de dirigirse a los animales y a medida que fue compartiendo su filosofía de vida, se convirtió en una voz resonante a nivel mundial. Cuando me sumo yo, que venía de terminar de cursar la carrera de Abogacía, me encargo de promover la iniciativa en varias universidades nacionales. Armamos un ciclo de conferencias que provocó un gran movimiento que mi padre llamó ‘Doma India’ en homenaje al indio Don Cristóbal. Desde siempre, él intentó emular la forma de amansar de los indios pampa argentinos, que aquí se conocen como ranqueles”, relató Scarpati al inicio de la charla.
Uno de los grandes aprendizajes que cosechó de su padre, el reconocido Oscar Scarpati, es que a los caballos hay que respetarlos, cuidarlos y protegerlos. En este sentido, comentó que desde pequeño sabe que no debe maltratarlos ni pegarles, ejerciendo sobre ellos exigencias moderadas en función de su estado natural.
“En base a esa nobleza, si uno es atento y perceptivo, puede aprender a sentir lo que siente el otro. Esa angustia y temor que percibe el potro chúcaro condiciona muy positivamente la actividad. Obliga a las personas a sensibilizarse para que en ese estado de comprensión sean capaces de ofrecerle un trato amoroso al animal. Gracias a esto, el caballo se empieza a sentir en manada y responde a las exigencias no por obligación, sino por persuasión”, explicó el experto.
En palabras del entrevistado, Oscar Scapati será siempre la “punta de lanza del equipo”. Además de ellos dos, integran el team su hermano Painé y su mujer Florencia.
“El amanse y la mansedumbre es la base fundamental para que uno pueda fiarse. Después, otro aspecto que hay que entender es que antes de realizar algo que pueda ser considerado imprudente, hay que conocer a los equinos. Todo esto, con un poco de guía es fácil. Sin llegar a ser domador, cualquier persona que tenga un poco de información sobre un potrillo puede convertirse en amansador y establecer una relación de confianza infinita con un caballo”, indicó Scarpati.
Con este enunciado, quiso decir que con los caballos no existe el peligro a traición ya que no tienen ego. “En equinoterapia son un remedio insustituible para muchísimas personas que tienen dolencias, problemas o limitaciones físicas. Representan ese momento del día donde pueden interactuar y transportarse arriba de un ser vivo que de alguna manera, a nivel energético, se conecta con ellos y les transmite su dinámica para moverse. Nosotros no nos damos cuenta, pero ellos los ven como una alfombra mágica que los transporta hacia otra dimensión, donde pueden ser felices”, transmitió.
Al hacer referencia al método familiar, señaló que consiste en una serie de juegos para establecer un vínculo con el animal. El primero aspira a establecer un orden jerárquico para colocar al caballo en una situación de indefensión, donde es normal que tenga miedo y tienda a tomar distancia o correr.
“En este ida y vuelta, buscamos que el equino empiece a percibir que ese miedo no tiene razón de ser. Termina siendo un juego en el que el caballo presta mucha atención, hasta acercarse y acortar las distancias. Después arranca la parte física: una vez que hacemos contacto con el animal, le colocamos un bozal para iniciar una actividad de coordinación, donde el equino comienza a tener cierta libertad de movimiento. Repetimos el modelo durante varias sesiones, hasta que el caballo responda fácil o dócilmente a nuestros mandos. Luego de que merma su estado defensivo y disminuye sus temores, accedemos con la mano o algún objeto no punzante a otras partes del cuerpo para transmitirle confianza”, describió.
Más adelante, comienza la etapa de “descosquilleo”, donde el animal ordena sus temores y empieza a confiarse. Todo este procedimiento lleva su tiempo. Los Scarpati tratan que las situaciones se vayan dando con naturalidad, para que los caballos accedan cada vez más fácil y con mayor estabilidad a los ejercicios más complejos. Es en este marco, que la familia acuña un concepto llamado “Ayudar a aprender haciendo”, para que los equinos puedan desempeñarse en áreas que desconocen.
“En el amanse, básicamente de lo que nos ocupamos es de quitarle el miedo a los caballos. Una vez cumplido el objetivo, arranca la etapa posterior de doma, que implica ponerle al equino una montura y trabajar con ella. Ese proceso de amanse que pudo haber durado entre 10 y 15 días se transforma en un procedimiento superior de doma que puede demorar entre seis u ocho meses”, declaró Scarpati.
Según él, hay que extender lo máximo posible el proceso para que el caballo sea completamente manso a toda prueba. “En nuestros cursos trabajamos mucho el desarrollo de la tolerancia, la comprensión y la paciencia, fomentando el buen ánimo. Tratamos de que alrededor de los animales se genere un ambiente parecido al de un jardín de infantes, entendiendo que es probable que ese equino se encuentre frente a una situación de angustia que no sabe cómo expresar”, enfatizó el entrevistado.
Luego de que varios participantes al finalizar la cursada aseguraran que la propuesta de los Scarpati más que un curso de doma era un curso de vida, la familia adoptó el término, tratando de fomentar una filosofía donde la armonía, la comunicación y el buen trato son moneda corriente.
“Tenemos un gran compromiso para con nuestros hijos y animales. Es en esta forma de transitar la vida que nos consideramos felices y exitosos. En nuestros ‘Cursos de Vida’ se suscitan un montón de historias, anécdotas y experiencias que suman un montón a la vivencia que durante cuatro o cinco días compartimos entre todos”, afirmó el amansador.
En un principio, la familia desarrollaba los cursos en distintas localidades, donde viajaba con el objetivo de difundir su método en talleres de uno, dos, tres y hasta cuatro días de duración. Con la pandemia, la modalidad cambió definitivamente, ya que ahora los Scarpati invitan a los interesados a vivir la experiencia en su propio campo, ubicado en Pringles, San Luis.
“Son 24 horas durante cuatro o siete días, donde compartimos comidas, charlas, cabalgatas y momentos en el río o la pileta. Eso genera una unión entre todos, que provoca que empecemos a funcionar como una comunidad muy homogénea. Gracias a todo esto, el mensaje es mucho más penetrante. Sin establecer ninguna regla, se instaura un clima de amistad, donde no hay discusiones ni debates ríspidos”, puntualizó Scarpati.
El hecho de que la familia se haya bautizado a sí misma como “tribu”, responde a los valores y principios que trata de fomentar.
“De chicos, siempre jugábamos a los indios. Durante una charla en 2004 o 2005 en Roque Pérez (Buenos Aires), mi padre nos muestra su tarjeta personal con su número de teléfono, entre otros datos. Buscando abrir el espectro y no quedar como ‘la única estrella del circo’, nos comenta que quería que la familia en su conjunto participara de la propuesta. Por este motivo, todo iba a empezar a firmarse con el nombre ‘Tribu Scarpati’. La idea era que cada uno fuera portavoz del mensaje y no haya personalismos”, recordó.
Con el tiempo, la tribu fue apadrinando a personas ajenas a la familia, siempre y cuando tomaran como bandera la filosofía propuesta, que representa no solamente el método, sino una concepción de vida donde todos se encuentran en consenso con la franqueza, la nobleza, la honestidad, el honor y la transparencia. “Tenemos alumnos de la Tribu Scarpati que hoy dan cursos y se desenvuelven muy bien en España, México, Brasil, Uruguay, Chile y Colombia”, agregó el entrevistado.
En el marco de la charla, Cristóbal Scarpati le contó a Agroempresario.com que la tribu tiene programados cursos para los próximos seis meses. “Todos son en San Luis. Tenemos nuestro campito al pie de la sierra. Es un pequeño paraíso con un montón de caballos, ideal para este tipo de actividades”, exclamó el entrevistado. En septiembre, la fecha pautada es del 16 al 19.
Además, la familia desarrollará una serie de eventos y capacitaciones en el Club de Polo Estancia Grande, para promover y poner en relieve el oficio de petisero. También realizará un Congreso Nacional de Equinoterapia y un Gran Congreso de Amanse y Doma.
- Dirección: Ruta 18 s/n El Durazno, Pringles, San Luis
- Sitio web: www.domaindiascarpati.com
- Instagram: @scarpatidomaindia
- Facebook: Doma India Scarpati
- Mail: [email protected]
- Whatsapp: +54 9 266 4960314; +54 9 266 4366654