La inflación de agosto fue del 2,5%, el número más bajo en doce meses. En la tarde de ayer el Indec publicó los datos correspondientes al mes pasado superando el límite inferior proyectado por los especialistas. A pesar de la desaceleración en alimentos y bebidas el poder adquisitivo sigue cayendo en su competencia con los precios.
Según el organismo, la inflación perforó la barrera del 3% de julio y fue la menor desde agosto del año pasado. Con estos números, el IPC protagoniza su quinto mes consecutivo a la baja ubicándose levemente por debajo del 2,8% previsto por consultoras y entidades financieras.
La sorpresa la dió el segmento de alimentos y bebidas (la división con mayor incidencia en el índice del IPC) gracias a la caída en el precio de las verduras en casi todas las regiones del país. En simultáneo, la estabilidad en el valor de la carne también contribuyó a que los alimentos apenas subieran un 1,5% en agosto. De acuerdo a los economistas, ambos factores compensaron aumentos más fuertes como lácteos o panificados.
La noticia fue recibida con alegría en el Gobierno luego de la dura derrota en las PASO del domingo pasado. En este sentido, el ministro de Economía Martín Guzmán espera que la inflación se mantenga en una senda decreciente.
Por su parte, el sector privado prefiere mantenerse cauto monitoreando de cerca la evolución de la inflación núcleo, aquella que no tiene en cuenta ni factores estacionales ni precios regulados.
El componente núcleo muestra cierta resistencia a las políticas oficiales de congelamiento de tarifas y atraso del tipo de cambio, dos de los grandes desequilibrios a corregir en 2022.