Por Agroempresario.com
El presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, participó de una entrevista exclusiva con Agroempresario.com, en la que nos habló acerca de la actualidad del sector en el país, teniendo en cuenta el notable incremento en el consumo de pollo que se registró en los últimos años como consecuencia del alto precio en góndola de los cortes bovinos. En este sentido, detalló cuáles son las actividades que está desarrollando la entidad para que el rubro local no le pierda pisada a sus principales competidores a nivel internacional.
“Hace unos días mencioné que el sector estaba perdiendo competitividad frente a otros países, ya que actualmente no estamos logrando los mejores resultados y costos en términos generales. Hoy en día es imposible que sigamos todo el desarrollo que hay en el mundo, sobre todo en materia tecnológica”, narró.
En este punto, dijo que hace 70 años, la producción local de pollos arrancó basándose en la excelencia de cuatro pilares básicos que aún se mantienen (genética, alimento, sanidad y manejo), aunque en las últimas décadas se sumaron nuevas cuestiones vinculadas a la ciencia y la investigación.
“Se produjeron grandes mejoras genéticas y se obtuvo mayor conocimiento en puntos finos vinculados al alimento balanceado. La incorporación del pellet de soja fue una revolución. Por otra parte, se mejoró mucho la sanidad. Pudimos trabajar en la vacunación para que haya una transmisión parental, que ayudó enormemente al manejo y cuidado de los pollos”, sostuvo.
Además, señaló, en los últimos 5-7 años cambiaron considerablemente el equipamiento de manejo y los galpones. Ahora, en estos establecimientos la calidad del aire y la entrada de luz juegan un rol tan trascendental como el suministro alimenticio.
“Todos estos desarrollos han impactado en una mayor eficiencia, que fue poniendo al pollo en una carne cuyo valor es sumamente bajo. Se trata de una proteína animal que llega prácticamente a todos los sectores de la población, desde los más altos hasta los más bajos”, indicó.
Con énfasis en esta cuestión, describió que con lo que cuesta un kilo de asado, un argentino puede comprar dos kilos de supremas, tres de pollo, cuatro de pata muslo y 5 de alitas, respectivamente. Para seguir posicionando a la proteína en el país, Domenech planteó que el sector necesita de financiación.
“Desde CEPA, mantenemos nuestros proyectos y planes de expansión. De todas maneras, la financiación es fundamental para desarrollar permanentemente la infraestructura necesaria para crecer no solo en cantidad, sino en calidad. Recién este año hemos logrado firmar un acuerdo con el Ministerio de la Producción y el Banco de la Nación para el otorgamiento de una línea de créditos que puede ser tomada por distintas escalas. Es un paquete total de $2.000 millones, con créditos de hasta $15 millones para reforzar galpones y de $200 a $500 millones para grandes inversiones”, expresó el entrevistado.
Uno de los grandes requerimientos del sector se vincula con la necesidad de instalar más galpones. “Nosotros venimos con una inversión muy baja en los últimos 6/7 años. En materia de exportación, esto sería una gran alternativa”, agregó Domenech.
Actualmente, la Argentina exporta apenas el 10-12% de su producción. El sector se centra principalmente en el mercado interno, debido a que según el presidente de CEPA, hoy en día el consumidor argentino es mucho más abierto en relación a las carnes que come.
“Ya no consume específicamente carne bovina, sino que compra también pollo y cerdo. Trabajamos en esa línea, tratando de que si el mercado puede liberar cortes vacunos, nosotros vamos a estar ahí para cubrirle las espaldas”, afirmó. Cabe destacar que hoy en día el consumo per cápita de carne bovina es de 50-52 kilos por año, mientras que el de pollo asciende a 47-48 kilos.
La producción actual ronda las 2.300.00 toneladas, cifra que representa un 4% menos que en 2020. En palabras de Domenech, esto se debe a que las exportaciones no alcanzaron las proyecciones esperadas. “Cuando no se logra el resultado estimado, aquello que estaba destinado al mercado internacional se vuelca al interno, provocando que se sature y disminuyan los precios”, declaró.
En consecuencia, el mercado local está equilibrado y abastecido en cuanto a la oferta y la demanda. Si bien el precio no es el requerido por el sector, tampoco implica un quebranto.
De acuerdo a Domenech, el alto precio de la carne vacuna favoreció el consumo de pollo, permitiendo que dicha proteína se posicione como nunca antes en la mesa de los argentinos.
“El consumo viene evidenciando un crecimiento exponencial y sostenido desde 2004. En 2003 las cifras de producción eran 750.000 toneladas, con 30.000 destinadas a exportación. En este momento, producimos 2.300.00 toneladas, de las cuales exportamos 250.000”, explicó.
Entre los principales destinos de exportación se destacan China (28%), Chile, Sudáfrica, Arabia Saudita, Singapur, Rusia y Angola.
“Tenemos una relación muy importante con los países productores de petróleo. Por este motivo, cuando hace unos años se derrumbó el precio del crudo, el comercio de pollos bajó. Ahora que hay una recuperación, los vínculos son otros”, aclaró el presidente de CEPA.
Con respecto al consumo de huevos, subrayó que pese a que no forma parte de su cámara y no conoce bien los números exactos del sector, es notable el crecimiento registrado en el último tiempo. “Fue tan importante como el del pollo. Si sumamos las dos proteínas, somos la proteína animal más consumida: el huevo equivale a 20 kilos per cápita anuales más o menos. Eso, sumado a los 48 kilos nuestros, da un total de 68 kilos de proteína animal que provee la avicultura a todos los argentinos”, concluyó.