Por Agroempresario.com
La Asociación Latinoamericana para el Desarrollo del Seguro Agropecuario (ALASA) es una entidad fundada en 1986 que reúne y agrupa a importantes instituciones vinculadas a dicho sector en la región. Su presidente, Néstor Abatidaga, participó de una entrevista exclusiva con Agroempresario.com, en la que nos contó, entre otros ítems, cuáles son los principales objetivos y desafíos del organismo, el marco de un mundo cambiante donde los agronegocios marcan la agenda del día a día.
- ¿A qué se dedica ALASA y cuáles son sus principales objetivos?
ALASA contribuye al desarrollo integral del seguro agropecuario en América Latina, aportando al posicionamiento de dicho instrumento como medio de protección para los productores del ámbito. Además, fomenta el intercambio de tecnología, esquemas, productos y servicios de asesoramiento; promueve la participación activa entre organismos, entidades y compañías aseguradoras vinculadas al rubro; organiza y participa en foros nacionales e internacionales a fin de difundir los avances del sector; incentiva el intercambio de información estadística y estudios técnicos; e impulsa y ejecuta programas de capacitación, entre otros.
Actualmente, el mayor desafío que se nos presenta es la necesidad de discutir y consensuar acciones a largo plazo con la legislación adecuada al sector, en un escenario donde la política del seguro agrícola sea funcional a la política agropecuaria nacional de cada país. Para esto, es preciso encontrar caminos, acciones e instituciones que ayuden a brindar soluciones integrales para los productores más vulnerables. La meta final es lograr una economía asociada al rubro sustentable a largo plazo.
Los objetivos primordiales de ALASA son los siguientes:
- ¿Cuáles creen que son los desafíos de la nueva ruralidad?
Hoy se observa una pérdida de visibilidad de lo rural frente a lo urbano, que responde a una perspectiva exclusivamente demográfica y las definiciones de ruralidad históricamente empleadas, donde no se aprecian ni los aportes ni las potencialidades y oportunidades que este mundo le ofrece al desarrollo económico y social.
Entonces, el principal desafío es ganar ese lugar y evolucionar hacia un enfoque más holístico, avanzando hacia nuevos usos del espacio rural no exclusivamente ligados a lo agropecuario.
- ¿Consideran que es posible que el sector empiece a optar por el desarrollo de prácticas más amigables con el entorno?
Sí, por supuesto que es posible y ante todo, deseable. Al igual que otros sectores, el agro debe avanzar hacia prácticas cada vez más sustentables que redunden en un mayor bienestar para las generaciones actuales y futuras. Es lo que está demandando el mundo de hoy.
- ¿Qué hay que hacer para involucrar a las nuevas generaciones en el rubro?
Tenemos que encarar acciones que permitan mostrar que el agro no es cosa del pasado, sino todo lo contrario. Hay que presentarlo como un sector donde existen posibilidades de participar, sumar ideas y generar propuestas.
Finalmente, hay que acudir a los mismos espacios -físicos y virtuales- donde interactúa la juventud. Esto permitiría salir a su encuentro y fomentar su involucramiento.
- ¿Cómo trabajó ALASA en pandemia?
Durante la pandemia renovamos nuestro compromiso de acercar contenidos relevantes, no solo a nuestros socios, sino también a todas las personas interesadas. Lo hicimos de la mano de especialistas de primer nivel, a través de encuentros virtuales que nos permitieron actualizar saberes, conocer nuevas tendencias y seguir profesionalizándonos en distintos tópicos vinculados al agro, conscientes de la importancia que ello tiene en un mundo competitivo como este, que cambia de manera tan vertiginosa.
- ¿Qué clase de beneficios obtienen los socios de la entidad?
Nuestros socios cuentan con distintos beneficios vinculados a nuestros grandes objetivos. Algunos de ellos son:
- ¿Cuáles crees que son los desafíos del seguro pecuario en la región?
La erradicación del hambre, el logro de la seguridad alimentaria y la promoción de la agricultura sostenible siguen representando un gran desafío, más aún en el contexto de crisis por el COVID-19. Es probable que la situación empeore debido a la desaceleración económica y las perturbaciones causadas por la recesión derivada de la pandemia.
En este contexto, los países necesitan redoblar los esfuerzos destinados a apoyar a los productores de alimentos, adoptar medidas para contrarrestar la volatilidad de los precios de estos últimos y asignar un mayor porcentaje de fondos públicos a la agricultura, en consonancia con la contribución de la misma al PBI.
La virulencia con la que el coronavirus ha afectado el crecimiento de los principales socios comerciales de la región ha derivado en una fuerte caída en el volumen de bienes exportados. Si bien la merma es generalizada, la demanda de productos agroalimentarios es la que menos fluctuaciones ha visto.
Abatidaga nació en Sunchales (Santa Fe) y se desempeñó durante más de 50 años en el Grupo Sancor. En 1999 fue designado gerente general de dicha empresa, cargo que mantuvo por una década, tiempo en el cual se encargó de posicionar a la aseguradora como líder en el mercado argentino.
En ese lapso, además, inició un proceso de internacionalización que permitió la expansión de los negocios de la firma, que se instaló en Uruguay, Paraguay y Brasil. Dentro del Grupo Sancor, también fue CEO entre 2012 y 2016, período en el que consolidó la situación económica, financiera y productiva del organismo. Desde 2016 es director general corporativo de la compañía.
Además de presidir ALASA, actualmente es miembro titular del Tribunal de Ética y Arbitraje de Aseguradoras del Interior de la República Argentina (ADIRA) y presidente de Sancor Seguros Uruguay, Sancor Seguros Paraguay y Banco del Sol (banco digital de Sancor Seguros).