En el último tiempo comenzaron a comercializarse ciertos productos en la categoría de lácteos compuestos por porcentajes de leche menores a los tradicionales. Como resultado de la crisis económica local y el bajo poder adquisitivo de la población, estos insumos, tales como alimentos a base de yogurt o queso procesado, se volvieron muy populares entre los consumidores.
Esto se desprende de un informe realizado por la consultora Scentia, que aseguró que esta categoría es la que más creció en el último año (80%). Sin embargo, su incidencia aún está lejos de hacerle competencia a las ventas de lácteos tradicionales.
El Código Alimentario Argentino (CAA), es quien se encarga de definir los requisitos que deben cumplir los lácteos para pertenecer al segmento. En este marco, por ejemplo, se define como productos que “no pueden ser considerados como leche” a aquellos que tengan en su composición menos del 51% de ingredientes lácteos.
Cuando estos alimentos se elaboran con al menos un 51% de leche o leche reconstituida, su nombre de venta puede ser “a base” de leche.