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Federico Bayá: “El arándano es un producto único”

Agroempresario.com dialogó con Federico Bayá, vicepresidente del ABC (Argentinean Blueberry Committee), sobre la actualidad del negocio, los desafíos para el cultivo y la Semana del Arándano 2021

lunes 18 de octubre de 2021

Por Agroempresario.com

 

Agroempresario.com mantuvo una charla con Federico Bayá, vicepresidente de ABC (Argentinean Blueberry Committee) y gerente general de Early Crop S.A, quien compartió los detalles sobre los inicios del arándano en el país, los desafíos por delante del negocio y su visión sobre el consumo de esta “superfruta” que busca hacerse un lugar en la mesa de los argentinos.

 

- ¿Cuáles fueron los inicios del cultivo en el país y cuántas áreas productivas de arándanos tiene actualmente Argentina?

Argentina empezó hace más de 25 años con plantaciones iniciales en Zárate, luego en la zona norte de Buenos Aires y también al oeste de Mercedes. En ese período, Argentina desarrolló unas 500 hectáreas de arándanos.

Durante los primeros años post devaluación (2003-2005) y con mucha competitividad, Argentina explotó en términos de inversiones y se iniciaron plantaciones de arándanos no sólo en las zonas donde ya estaba instalado el cultivo (Lima, San Pedro y Zárate) sino que también se fue extendiendo al NEA (principalmente en Concordia) y al NOA (Tucumán y Salta). El país alcanzó las 4.200 hectáreas en pocos años, pasando de 500 a 4.500 ha o sea, multiplicamos por nueve lo que había llevado diez años.

Fueron años de mucho aprendizaje, prueba y error. La primera gran barrera la tuvimos en 2008-2009 con la crisis de consumo en Estados Unidos. Hubo varios fracasos y plantaciones poco eficientes en cuanto a variedades y manejo; el arándano es muy intensivo, no sólo en la cantidad de plantas por hectárea sino también en capital y en el cuidado que hay que darle el cultivo. En esos años fracasaron unas 1.500 ha quedando Argentina con unas 2.700 ha, el plantel que maneja actualmente.

Hoy las zonas importantes de producción son el NOA y el NEA porque Argentina empezó a darse cuenta que podía adelantar su curva de producción trasladándose a lugares más cálidos.

 

- ¿Por qué considerás que hay una pérdida de rentabilidad en el negocio argentino y cierto estancamiento del cultivo?

Nos está pasando no sólo con los arándanos sino con todos los cultivos intensivos frutales del país, producto de una “batería” de inconvenientes, entre ellos: el costo que va adherido al salario (más de 40% de cargas sociales); falta de acuerdos de libre comercio; alto costo energético sumado a un elevado costo de los fletes. En este punto, Argentina está virando hacia el transporte marítimo aunque no lo puede hacer al 100% porque tenemos algunos condicionamientos: producimos en Tucumán y en Concordia en primavera con días de 40° y en época de lluvias, sumado al hecho de que las variedades no son del todo aptas para ese tránsito marítimo de treinta días. Por más que Argentina haga el intento le va a llevar mucho tiempo convertir su oferta a marítima en un porcentaje del 80/90% como la tienen Chile, Perú y Sudáfrica. Vamos a tener que cambiar algunas variedades y eso lleva mucho tiempo, pero la reconversión varietal hay que hacerla para adaptarnos a las nuevas reglas del juego.

 

- ¿En qué otros desafíos están trabajando desde el Comité Argentino de Arándanos para posicionar a la fruta en el mercado interno y externo?

Tenemos muchísimos desafíos en el Comité, entre ellos el tema sanitario (control de plagas) y el desafío de abrir nuevos mercados con tratamiento arancelario. Es muy importante empezar a segmentar nuestra oferta ya que históricamente nuestra fruta va en un 60/65% a Estados Unidos, estar concentrado en un mercado es muy riesgoso para un cultivo o para un negocio. 

La apertura de China fue muy importante pero, en términos sanitarios, nos costó cinco años abrir ese mercado y, cuando se abrió, teníamos un 30% de arancel, aunque el año pasado lo bajaron a 15%; es como “competir con pesas”. Es un tema que no depende tanto del Comité sino de la participación de Argentina dentro del Mercosur. El país estuvo bastante relegado en negociaciones comerciales con otros mercados porque el Mercosur está mirando para adentro y no está mirando para afuera.

 

- Tomando en cuenta los ejes de la actual gestión del ABC, ¿Qué estrategias se están implementando para impulsar el consumo interno del arándano en el país? 

Desde la comisión de mercado interno se impulsan diferentes acciones: estamos iniciando la quinta temporada de “Mejor con Arándanos”, creamos una marca y básicamente lo que decidimos como industria es que la fruta que vamos a mandar al mercado interno sea la misma que destinemos a exportación. En este sentido, tomamos el compromiso de poner en las góndolas el mejor producto. Al mismo tiempo, empezamos campañas que tienen que ver con la promoción como la “Semana del Arándano”, charlas de capacitación nutricional para consumidores y también en el Mercado Central de Buenos Aires, principal canal de comercialización.

Como se trata de un producto poco conocido había que contarlo y capacitar. Con muchísimo orgullo podemos decir que el mercado interno creció desde que iniciamos esta campaña.

 

- ¿Podrías hacer un primer balance de este ciclo 2021?

El pico en Argentina se da durante la segunda y tercera semana de octubre pero comenzamos a exportar desde principios de agosto. En cuanto a volumen, Argentina estima un año parecido a 2020. No vemos un gran cambio pero si vemos un cambio en la ventana; es decir, estamos 15/20 días adelantados respecto al año pasado, lo que nos permite aprovechar mejor la fruta. Son 2/3 semanas en las que la producción le “escapa” a la lluvia, entonces es probable que haya más porcentaje de la fruta este año que vaya a fresco y no tanto a la industria. En términos concretos, estimamos 10 millones de kilos de exportación, 3 millones de kilos de congelado y también 3 millones de kilos para el mercado interno, unos 16 millones de kilos total producción.

 

- ¿Cómo ves al negocio del arándano de acá a cinco años en Argentina y en el mundo?

El arándano me sorprende. Esta va a ser mi temporada número 21 y no deja de sorprenderme; pensar que hay un jugador que entró hace seis años y este 2021 va a colocar 200 millones de kilos en el sistema. El mercado sigue consumiendo, es un producto muy sano, rico y fácil de comer que además tiene mucho valor nutracéutico y farmacéutico, es un producto único. Si uno mira el consumo afuera, sigue creciendo y la oferta va seguir creciendo porque cuando vos tenés un producto así, buscas lugares alternativos de producción permanentemente como Sudáfrica, el nuevo Perú de los próximos años.

Lamentablemente, en Argentina no veo un cambio a no ser que haya un vuelco radical en la política macroeconómica. Si vos me preguntás por la foto de hoy, prefiero ser conservador. Creo que Argentina se va a mantener entre las 3.000 ha y va a mejorar cualitativamente su oferta porque necesita hacerlo; eso implica un recambio varietal y estar a la altura de lo que pide el mercado: altas toneladas por hectárea, buena vida postcosecha, firmeza, muy buen calibre y sabor.

Podés ser parte de la Semana del Arándano a través de @mejorconarandanos 

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