La Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) adoptó por aclamación una Declaración sobre la Cuestión de las Islas Malvinas, reafirmando una vez más la necesidad de que los Gobiernos de Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden cuanto antes las negociaciones sobre la disputa de soberanía, con el objeto de encontrar una solución pacífica a esta prolongada controversia.
El canciller Santiago Cafiero agradeció a sus pares de todo el continente la aprobación de esta declaración, que fue presentada en la sesión plenaria por el representante de Brasil, en el marco del 51 período de sesiones de la OEA que se desarrolla desde el miércoles en Guatemala.
Luego enfatizó: “Vengo apoyado por la voluntad y el sentimiento unánime del pueblo argentino a evocar la histórica solidaridad americana. La Cuestión Malvinas es un tema histórico y central para todos los argentinos. Nuestra Constitución nacional así lo reconoce al establecer en su Cláusula Transitoria Primera que la recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
“Se trata de un objetivo que trasciende a los gobiernos y constituye una verdadera política de Estado, en la que coincidimos todas las fuerzas políticas de mi país. Un reflejo de ello fue la creación, en agosto 2020, por Ley 27558, del Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos e Insulares Correspondientes, en el ámbito de la Presidencia de la Nación. El paso del tiempo no ha debilitado la validez de nuestro reclamo ni la firmeza de nuestra convicción”, añadió.
Durante la sesión, numerosos países intervinieron reafirmando su apoyo a la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido: Brasil, hizo la propuesta de resolución; Paraguay, en representación del Mercosur; República Dominicana, en representación de la Cumbre Iberoamericana; México, en representación de la CELAC; Bolivia, en representación del G77 + China y Guatemala, en representación del Sistema de Integración Centroamericano (SICA). Por representación nacional se manifestaron Perú, Nicaragua, Ecuador, Chile, Panamá, El Salvador y Uruguay.
Cafiero recordó que “los Estados Miembros de la OEA han construido un consenso histórico a través del compromiso asumido por su más alto órgano, esta Asamblea General, que declara que la Cuestión Malvinas constituye un tema de interés hemisférico permanente”, y mencionó las “más de treinta resoluciones y declaraciones adoptadas en la OEA desde 1982, que reconocen la existencia de la disputa de soberanía sobre las Islas e insta a las partes a entablar negociaciones para resolverla por la vía pacífica”. Destacó además la solidaridad regional expresada en múltiples organismos y parlamentos de nuestro continente.
Explicó asimismo que “la usurpación británica, llevada a cabo en 1833, en tiempo de paz y contraria al derecho internacional vigente en la época, representó un quebrantamiento de la integridad territorial argentina, y ha sido protestada desde entonces y hasta el presente sin interrupción, y nunca consentida por mi país. Esto convierte a las Islas Malvinas en un territorio colonial, pero no en un pueblo colonizado. Los habitantes de las Islas son una población trasplantada, y a diferencia de los casos clásicos de colonialismo en que un pueblo preexistente es víctima de la instauración de una dominación colonial, en la cuestión Malvinas no existe un pueblo sometido a subyugación, dominación o explotación por una potencia colonial”.
“En 1965 mediante la adopción de la resolución 2065 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, la Cuestión Malvinas fue caracterizada como un caso especial y particular de descolonización en el que se reconoce la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido que debe ser resuelta por negociaciones bilaterales teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas” destacó.
“En razón de ello –prosiguió- ni la resolución 2065 (XX), que define la cuestión de las Islas Malvinas en el marco de las Naciones Unidas, ni ninguna de las resoluciones siguientes sobre la cuestión tanto en la Asamblea General como en el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, contempla la aplicación del principio de libre determinación a la cuestión”.
Sobre el final, el titular del Palacio San Martín sostuvo que nuestro país “ha expresado reiteradamente su disposición a dialogar con el Reino Unido y mantiene su firme voluntad de negociar para encontrar una solución pacífica a la disputa. Lamentablemente, persiste la negativa británica a restablecer el diálogo bilateral, contrariando no sólo las reiteradas resoluciones de la ONU y de la OEA sino también numerosos pronunciamientos de la comunidad internacional. La Argentina aspira a que nuestra región sea reconocida como un ejemplo de paz y diálogo entre las naciones, y para lograrlo es necesario encontrar una solución a la controversia de soberanía”.