Lucas Florit: “Hoy en día Catamarca es la principal productora de lana de vicuña del país”

En el marco de una entrevista exclusiva con Agroempresario.com el secretario de Políticas agrícolas y ganaderas, Lucas Florit nos contó cómo trabajan de la cartera para realizar la esquila controlada. En este sentido, el funcionario subrayó que “la actividad productiva de vicuñas es en definitiva un método de conservación indirecta, se hace para evitar que los cazadores maten a los animales para obtener el recurso”. 

Las vicuñas son animales silvestres, no forman parte de lo que se considera un animal para producción de ganadería; están protegidas por ley, y el organismo de aplicación de esa ley es la Secretaría de Ambiente de la Provincia. Se las llama “oro de la puna” porque se considera que el precio de la lana de la puna se valuó en algún momento en el precio del oro.

“Estamos hablando de cuando la actividad incaica todavía regía en la zona. Si bien hasta el día de hoy, ese valor que tiene la lana de vicuña todavía es muy elevado, se encuentra muy por debajo de lo que alguna vez fue considerado el precio récord de este animal. Por eso se lo considera como el oro de la puna, pero es más bien un decir que ha quedado en el tiempo”, explicó el secretario. 

Las vicuñas se encuentran en zonas de la puna en donde superan los 4.000 metros de altura, por lo tanto es muy difícil acceder a ellas. Teniendo en cuenta que son animales silvestres, el proceso de atraparlas para obtener la lana, hacer la esquila en silvestría y volver a liberar los animales, es muy complejo y es llevada a cabo por las comunidades de altura o algunas cooperativas de pobladores andinos. 

Al igual que Jujuy, Catamarca es una de las dos provincias argentinas autorizadas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para la comercialización del oro de la Puna y es la principal productora de las mismas en el país. 

“La esquila es una actividad que se llama justamente captura de vicuñas y esquila en silvestría; se realiza en una determinada época del año, en un sitio determinado y en tres dias; dos dias se usan para la captura de los animales, y durante el tercero, se hace la esquila propiamente dicha, en donde se liberan los animales”, destacó Florit.

El Estado toma participación de la actividad controlando y fiscalizando la lana obtenida. Esa fibra en realidad, tiene que estar certificada con un aval de la provincia para que sea reconocida por cites, para luego ser comercializada a Europa o Norteamérica.

La actividad no es productiva; se lleva a cabo porque es un método de conservación indirecta de las vicuñas.  De hecho, la mayor cantidad de esquiladores son cazadores retirados que se dedican a la esquila en silvestría.

“Antes los artesanos de la provincia obtenían la lana a través de los cazadores, quienes viajaban, estaban 5 o 6 días en el campo, producían matanza de animales para luego bajar y vender el cuero con la lana a los artesanos. Hoy en día, al permitirse la actividad de esquila en silvestría, la provincia, retiene el 20% a todos los esquiladores, para luego ese 20% volcarlo a un programa de redistribución en el cual los artesanos pueden comprar lana de manera subsidiada y legal. Entonces hoy, el artesano en vez de recurrir al cazador para tener su materia prima, recurre al Estado para comprar lana que ha sido obtenida de una esquila legal”, expresó el secretario. Según menciona el secretario, la producción sólo puede ser llevada a cabo por aquellos grupos formalizados o comunidades reconocidas que tengan una personalidad jurídica con la que puedan comercializar la lana, ésta es la principal traba que impone la provincia a cualquier tipo de producción agroganadera. 

En cuanto al mercado interno, se trataría “básicamente” de la transformación de la prenda en un valor agregado: “Se hace una prenda artesanal, debido a que tenemos mucha concentración de artesanos de vicuña, a diferencia de Jujuy, la otra provincia que realiza la actividad. Las prendas de vicuña por supuesto tienen un valor muy elevado y generalmente orientado hacia el público turístico nacional o internacional. Se exporta muy poco; en la oferta exportable de la actividad vicuñera está la fibra en bruto”, aclaró Florit. 

En relación con la generación de valor agregado, el secretario mencionó que al tratarse de una lana de origen natural, el valor agregado pasa por transformarla en hilo y posteriormente en una prenda.

“Mucho más valor agregado que eso no se puede aumentar, sino más bien, estamos compitiendo o trabajando para ubicar estos productos en un mercado en donde se posicione a un mejor valor. El objetivo ahora no es agregar más valor sino posicionar la prenda en un mercado donde ofrezca un mejor precio, como lo pueden ser Europa Central o Asia”, destacó. 

Todo lo que es producción de lana o fibra en bruto se procesa generalmente en el exterior, debido a que el costo de las máquinas que se utilizan para descerdar son muy elevados.

“Los estudios financieros para amortizar una inversión de ese tipo (una máquina descerdadora) llevaría más o menos entre 20 y 25 años de producción continua, en un volumen considerable. Se trataría de una inversión muy elevada, para un beneficio muy bajo, porque el valor que le agrega no se justifica con el gasto de esta máquina”, concluyó.