Entre las diferentes alternativas que pueden disfrutarse en esta imponente región se destaca el Turismo Activo, una opción que año a año gana más aliados y que está pensada para viajeros responsables ya que implica conocer el entorno y la cultura junto a los habitantes de la zona, cuya característica primordial es la calidez, sencillez y el excelente perfil anfitrión.
A esta propuesta se suman las visitas a la Meseta de Somuncurá para vivir una aventura épica, el turismo paleontológico, la posibilidad de recorrer la zona a bordo del Tren Patagónico o la histórica Trochita y como frutilla del postre, la destacada oferta de gastronomía regional a base de productos autóctonos.
Si hay una manera que permite conocer a fondo la cultura esteparia y cada uno de los rincones que conforman la región, es el Turismo Rural, una modalidad que invita a formar parte de la cotidianeidad de los pobladores a través de la participación en tareas habituales como la alimentación de animales, la esquila o la cocina.
Alojados en hospedajes de campo o casas de familia, los turistas tendrán la oportunidad de adentrarse en el mundo culinario y participar de la elaboración de platos en diferentes modalidades a base de cordero patagónico, chivito, trucha, ciervo, jabalí, entre otras materias primas características de la región.
Además, gracias a las grandes extensiones en las que se encuentran inmersos los alojamientos, esta opción facilita la práctica de maravillosas actividades al aire libre como trekking, caminatas, observación de astros, paseos a caballo, mountain bike, safaris fotográficos o simplemente apreciar la flora y fauna tan característica del lugar.
El verano no es ningún impedimento para encarar la travesía por una de las geografías más espectaculares y deslumbrantes de la Patagonia, que se encuentra conformada por conos volcánicos, cerros y lagunas temporarias.
Los visitantes podrán acercarse a los misterios y las leyendas que guarda la meseta mediante una serie de excursiones que duran horas o travesías que se extienden a lo largo de varias jornadas. Durante las mismas podrán descubrir un paisaje sinigual, en el que predominan coirones y lagunas, hábitat de flamencos, mojarras desnudas y ranas de Somuncurá.
En este contexto, las y los aventureros tendrán también la posibilidad de descubrir en una experiencia maravillosa, históricas huellas del pasado que van desde restos fósiles de millones de años, hasta pinturas rupestres de los pueblos originarios.
A la Estepa rionegrina es posible arribar a través de la Ruta Nacional N° 23 o a bordo del Tren Patagónico en una propuesta inigualable que une la provincia de Este a Oeste atravesando tres de las regiones que predominan en el territorio: Mar, Estepa y Cordillera.
Durante su recorrido, la formación, que parte desde Viedma, realiza paradas en las estaciones de San Antonio Oeste, Valcheta, Ramos Mexía, Sierra Colorada, Los Menucos, Aguada de Guerra, Maquinchao, Ing. Jacobacci, Clemente Onelli, Comallo y Pilcaniyeu, antes de llegar a su destino final: San Carlos de Bariloche.
Ya en la localidad de Ingeniero Jacobacci, las y los turistas tendrán la oportunidad abordar la histórica Trochita, un tren de trocha angosta a vapor que recorre 43 kilómetros hasta Ojos de Agua, poniendo en valor la riqueza natural rionegrina, las costumbres y las formas de vivir de cada uno de los lugares que recorre.
Será un viaje inolvidable para las personas de todas las edades que deseen realizarlo, complementado con la experiencia de degustar de un exquisito almuerzo en la flamante Pulpería inaugurada este año, para la cómoda recepción de las y los viajeros.
La Estepa rionegrina ya comenzó a vivir un verano épico en todos sus destinos interconectados con los centros turísticos más concurridos de esta temporada y tanto sus paisajes como su gente, esperan con ansias ser visitados.
Ministerio de Turismo de Río Negro