En un acto realizado en la provincia de Tucumán, en el Centro de Innovación e Información para el Desarrollo Educativo, Productivo y Tecnológico (CIIDEPT), la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi y el titular del Ministerio de Educación de Tucumán, Juan Pablo Lichtmajer, firmaron un comodato por 30 años mediante el cual el Ministerio citado le transfiere al CONICET el equipamiento para una planta productora de harina que consiste en un Extrusor “BRONTO E-250-S” con tablero y motor de 50 HP y una Prensa “GX-130 4 etapas con motor de 25 HP, con el objeto de desarrollar las actividades de producción y elaboración de alimentos con alto valor nutricional. Cabe destacar que Ana Franchi y el ministro de Ciencia, Daniel Filmus fueron recibidos por el gobernador de la provincia de Tucumán, Osvaldo Jaldo.
El equipamiento se instalará en el Instituto de Tecnología Agroindustrial del Noroeste Argentino (ITANOA, CONICET-EEAOC) y funcionará en una planta productora de harina que permitirá la producción y la elaboración de alimentos en el marco del proyecto “Integración y articulación de capacidades del CCT CONICET NOA Sur para contribuir ante una emergencia alimentaria” (Convocatoria Piloto 2019: Proyectos de Vinculación Tecnológica para Atender Problemas de Vulnerabilidad Social).
Durante la firma del convenio, Franchi expresó: “Este proyecto busca contribuir a que los niños y las niñas estén mejor alimentados durante su desarrollo temprano. En Tucumán tienen la tradición de Yogurito, administrado a niños y niñas en edad escolar que es muy importante. Las investigadoras e investigadores estamos para mejorar la calidad de vida de la gente”. Y añadió: “Me siento muy orgullosa que científicos y científicas de todo el país estén trabajando mancomunadamente con las provincias porque tenemos una unión virtuosa que permite que diversos actores se unan para poder obtener este tipo de productos. Nosotras y nosotros hablamos de invertir en ciencia y tecnología y esa inversión se ve con proyectos que llegan a productos finales como los yogures y en el caso de la pandemia los barbijos, los tests y tantos otros, y esperemos que pronto las vacunas”.
La planta estará a cargo de Mario Devani, director del ITANOA, pero el proyecto (que desembocó en la Convocatoria “Ciencia y Tecnología Contra el Hambre”) es interinstitucional en el que participan siete institutos del CONICET: el Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA, CONICET); el ITANOA; el Instituto de Investigaciones Territoriales y Tecnológicas para la Producción del Hábitat (INTEPH, CONICET-UNT); el Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO, CONICET-UNT); el Instituto de Física del Noroeste Argentino (INFINOA, CONICET-UTN); el Centro de Investigación en Biofísica Aplicada y Alimentos (CIBAAL, CONICET-UTN) y el Instituto de Biotecnología Farmacéutica y Alimentaria (INBIOFAL, CONICET-UNT), las universidades nacionales de Tucumán y Santiago del Estero, y los ministerios de Educación de ambas provincias.
En una primera instancia se producirán ingredientes alimentarios a base de harina de soja procesada para consumo humano, pero también se piensa utilizar otros productos regionales como la quínoa, la algarroba, entre otros.
Luego, Franchi participó de una mesa de trabajo con autoridades y referentes de Unidades Ejecutoras del Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET NOA Sur. De la misma participaron, Guillermo Aceñolaza, director del Instituto Superior de Correlación Geológica (INSUGEO, CONICET – UNT); María Rosa Alberto, investigadora del INBIOFAL; Mario Arena, vicedirector del INBIOFAL; Carlos Angiorama, vicedirector del Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES, CONICET-UNT); Luis Issolio, director del Instituto de Investigación en Luz, Ambiente y Visión (ILAV, CONICET-UNT); José Barraza, vicedirector del ILAV; Augusto Bellomio, vicedirector del INSIBIO; Mónica Delgado, representante CIC del INSIBIO; María Inés Isla, directora del Instituto de Bioprospección y Fisiología Vegetal (INBIOFIV, CONICET-UNT); Catiana Zampini, vicedirectoria del INBIOFIV; David Comedi, director del IFINOA; Ana Gómez Marigliano, investigadora del INFINOA; Mario Devani, director del ITANOA; Laura Iturriaga, directora del CIBAAL; Alejandra Martínez, directora de la Planta Piloto de Pocesos Industriales Microbiológicos (PROIMI, CONICET); Marcos Mirande, investigador en la Unidad Ejecutora Lillo (UEL, CONICET-Fundación Miguel Lillo); Pablo Paolasso, director del INTEPH y Horacio Cantiello, director del Instituto Multidisciplinario de Salud, Tecnología y Desarrollo (IMSaTeD, CONICET-UNSE).
Finalmente, se firmó un convenio tripartito de cooperación científica y educativa para el desarrollo alimentario entre el Gobierno de la Provincia de Tucumán, el Ministerio de Educación de la Nación y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. En el convenio las partes se comprometen a articular acciones para el desarrollo de programas de investigación y extensión que contribuyan a la mejora en los valores nutricionales y los costos de los alimentos que se distribuyen en comedores escolares de la Provincia de Tucumán, a través de la incorporación de ingredientes de alto valor nutricional obtenidos a partir de productos agrícolas locales, lo que constituirá un aporte científico, tecnológico y social al Plan Argentina contra el Hambre.
En la ocasión, el Ministro Daniel Filmus afirmó: “Para nosotros es fundamental comprender el aporte fundamental de la ciencia y la tecnología. No cualquier modelo de país necesita de ciencia y tecnología, por eso la inversión cayó del 0,37% del PBI al 0,22% en el período 2015-2019. Un país que compra todo hecho no tiene por qué invertir en ciencia y tecnología”. Y añadió: “Nosotros necesitamos ciencia y tecnología pero que sea además federal, porque cada provincia y cada región tienen necesidades particulares”. Además destacó que “Argentina fue uno de los pocos países del mundo en desarrollar vacunas, barbijos, kits, ese es el papel de la ciencia y la tecnología, no se puede solo satisfacer la curiosidad del investigador, tiene que estar dirigida también a las necesidades de nuestra gente”. Por último, aseveró: “Tenemos dos años para federalizar y apoyar la ciencia y la tecnología y el poder llegar a más de 300.000 chicos en Tucumán que van a la escuela es un ejemplo de lo que vamos a hacer en los años que se vienen”.
El Gobernador Jaldo aseguró: “Este convenio tiene que ver con la niñez tucumana y la escolaridad, que es el gran desafío que tenemos después de esta pandemia: que los chicos vuelvan a la escuela, y no solo eso, sino que puedan aprender, y para eso es necesario que tengan una buena alimentación, una buena nutrición, y este convenio entre el ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y el Gobierno apunta a eso, mejorar la alimentación para la niñez que están en diferente situación a nivel escolar”. Por otro lado, el mandatario tucumano agradeció al Gobierno Nacional “por el federalismo” y agregó que “Tucumán perdió bastante tiempo con gestiones anteriores y hoy podemos demostrar con hechos concretos que esta gestión mira al interior, mira al norte y a nuestra provincia”.
Del acto, que se realizó en el Salón Blanco de Casa de Gobierno, también participaron Juan Pablo Lichtmajer, el vicegobernador, Sergio Mansilla, el vicepresidente de la Legislatura, Regino Amado, el ministro de Salud Pública, Luis Medina Ruiz, la intendenta de Aguilares, Elia Fernández, el subsecretario de la Sidetec, Roberto Tagashira, la secretaría de Federalización de la Ciencia, Elisa Colombo, Ana Franchi y el subsecretario General de la Gobernación, Pedro Sandili
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